Sypnosis: El trabajo de tu novio era peligroso, lo sabías. Poner su vida en riesgo todas las noches exactamente a las 12 a. m. nunca había sido algo normal para ti, por lo que nunca dejaste de ser su princesa pasajera.
Incluye: sexo en el auto, sexo sin protección, apodos (chica dulce, bonita, etc.) ¡y mucho porno!
Recuento de palabras: 2146
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Estar rodeada del olor a gasolina y del olor de los asientos de cuero de tu novio se había convertido en una rutina para ti. De pie junto a su auto, esperabas a que él viniera y te asegurara que tendría cuidado y te besaría hasta dejarte sin aliento, como hace cada vez que necesita apoyo adicional.
Al oír que los motores empiezan a acelerarse, tu corazón empieza a latir con fuerza. Sabías lo que implicaba estar con Jake, pero no podías alejarte de él. Así que aquí estás, rodeada de personas de las que no sabes nada más que el hecho de que son los oponentes de tu novio. Te sacan de tus pensamientos internos al escuchar una voz que nunca extrañarías. Mientras tus manos envuelven inconscientemente tu cuerpo, sientes que otros dos brazos las reemplazan, envolviéndose alrededor de tu cintura como si fuera algo habitual.
"¿Qué te tiene tan nerviosa esta noche, nena?" murmura en tu hombro, dejando suaves besos contra tu clavícula.
"No es nada. Sólo estoy preocupada por ti, Jake" dijiste más suavemente de lo que esperabas.
Deseas poder decir que esto nunca te ha molestado, pero cada vez que él te besa un poco más cada vez, como si estuviera tratando de asegurarse de que volverá contigo bien, tu corazón se hunde hasta tu estómago.
"No tienes de qué preocuparte, querida niña. Siempre vuelvo a ti, ¿no?", te asegura.
Lo que pasa con Jake es que siempre te dice lo que quieres oír. Te dice que no será imprudente porque sabe que te destrozará. Te dice que no dejará que te pase nada, sabiendo que no podrá protegerte si te espera un destino trágico.
"Está bien" suspiras sin querer regañarlo por millonésima vez por ser tan descuidado con su vida.
Escuchas la voz de otra mujer que les dice a los otros corredores que tienen cinco minutos antes de que comience la carrera.
"Está bien, nena, ¿estarás aquí cuando regrese?" pregunta mientras te acaricia la cara para tranquilizarte.
"¿Puedo ir contigo?", dices bruscamente.
Sus ojos se abren de par en par por la sorpresa. Jake no te ha pedido ni te pedirá nunca que vayas con él. No quiere ponerte en ningún tipo de peligro y si algo te sucediera durante su llamada, nunca se lo perdonaría. Aunque nunca se atrevería a pedírtelo, siempre mantendría ese pensamiento en un rincón de su mente por si alguna vez te volvieras loca y lo consideraras.
"¿Estás segura? Nunca me lo preguntarías si no lo hubieras tenido en mente, ¿verdad? No quiero que te arrepientas después", pregunta.
"Quiero ir, quiero decir, al menos intentarlo. Lo haces todos los días, así que no puede ser malo, ¿verdad?", respondes con una leve sonrisa.
