Hay muchas luces.
Tengo frío.
Mi cuerpo está liviano.
Tengo frío.
Hay personas cerca, las puedo sentir pero no escucho sus voces, están muy lejos de mí.
Tengo frío.
Espero que él esté bien.
Tengo frío.
Espero que no se haya hecho daño por mi culpa.
Tengo frío.
Me duele la cabeza...
Y todo está negro otra vez.
______________________________________El timbre de la entrada resuena por toda la casa dando aviso de que hay alguien esperando que salga pero no se mueve ni un milímetro. Su teléfono vuelve a sonar con ese molesto tono de llamada, sabe de antemano quien es pero no quiere tener que enfrentarse a nadie, no aún, no en ese estado.
Desde que despertó y se escapó del hospital no ha tenido contacto alguno con el mundo exterior eso fue ya hace casi una semana, la culpa lo atormenta, sabe que si algo malo llegase a pasarle no se lo perdonaría jamás.
No quiere enfrentarse a nadie, ni siquiera a si mismo, sabe lo que debería estar haciendo, sabe lo que tiene que hacer pero no, está encerrado en su habitación, echándose la culpa de todo y no está bien, claro que no lo está y está cansado de hacerse el fuerte y fingir que está bien cuando se está muriendo por dentro...
Justo como ahora.
-KATSUKI BAKUGO- Su grito resuena por toda la habitación-¿¡Cuánto tiempo más vas a encerrarte aquí a oscuras!? ¡Levántate!- Grita tratando de llamar la atención de su amigo, del que no ve respuesta alguna así que agarra la parte trasera del cuello de su camisa y lo comienza a jalar provocando que su brazo chocara con el teléfono que estaba en el piso y rodara hasta más adelante de los dos.
Su mirada viajó hasta el aparato, lo recogió y encendió, sus ojos instantáneamente se aguaron, el fondo de pantalla era una foto entre el peli verde quien parecía estar riendo eufóricamente y el rubio sonriendo mientras lo veía, en las notificaciones estaban todas las llamadas y mensajes que le habían dejado, y si, su amigo se encontraba realmente mal.
Todo ese aspecto triste y deprimente le traía recuerdos desagradables, recuerdos donde había un Katsuki de unos 12 años llorando todas las noches por la muerte de sus padres, no había asimilado su partida y por un momento parecia que eso nunca pasaría y que este viviría con ese traumático suceso, hasta que un día solo por haber olvidado su paraguas conoció a la persona que le devolvió su brillo y aunque aun tiene mucho que mejorar y cosas que cambiar, esa persona lo aceptó asi como estaba y lo ayudo cuando mas lo necesitó, se había ganado su corazon completamente.
-Hermano- la voz de kirishima era baja, casi como un susurro, pero lo suficientemente alta para que él lo escuchara- esto no puede seguir así- trataba de hablar con firmeza pero su voz se quebraba, quería darle animos pero no le salían las palabras, las palabras no salían de su boca y se sentían secas, tristes y sin un ápice de esperanza, prefirió callar y simplemente sentarse a su lado.
Kirishima había estado en cada momento crucial en la vida del rubio, después de la muerte de sus padres y de su abuela quien lo cuidó durante casi un año y falleció en un accidente quedando atrapada entre dos autos, este se habia mudado solo a la casa que era de sus padres y el pelirrojo nunca lo dejaba solo, las veces que Katsuki habia intentado suicidarse, las veces que no salía de su casa y no comía, el chico llegó a estar en terapia durante casi 1 año y cuando todos pensaban que estaba mejorando recaía peor que la vez pasada y todo eso pasó hasta que Katsuki conoció a Izuku, ese peliverde risueño fue esa gota de esperanza que le hacia falta a su vida triste y vacia, le estaría agradecido de por vida por haber ayudado a su amigo.

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Después De La Lluvia
FanfictionEn la cultura japonesa compartir un paraguas con alguien significa que estás buscando una relación con esa persona, pero ese día yo lo hice por amabilidad. No lo conocía, no tenía ningún tipo de contacto con él, no sabía su nombre ni que le había p...