• Cuando su nombre es dicho durante la Cosecha de los Juegos del Hambre,
Sienna Petersen solo desea despertar de aquella pesadilla.
• Pero, cuando los secretos mas oscuros del Capitolio comienzan a salir a la luz,
...
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Palabras: 1240
Advertencias: Inquietud. Nerviosismo. Miedo.
Comentarios míos: La tranquilidad antes del desastre... Disfruten, comenten y voten 😘
19 días antes de los Juegos del Hambre Anuales
Tren de Tributos
Con Grant caminamos hasta lo que parecía ser el vagón living comedor.
Una larga mesa para 8 personas se encuentra en un costado, con vasos, platos y servicios sobre individuales de plástico. Hay platillos con diferentes dulces para el desayuno además de jarras con jugo. Mi estómago ruge al ver los manjares recién preparados. Unos metros más cerca de las ventanas, hay un bar con diferentes tipos de licores.
Danna, Analia y Lucky se encuentran al otro lado del comedor, sentados en unos sillones cómodos conversando de algo con respecto al oficio de mentores y los Juegos de este año. Los tres nos saludan con sonrisas tristes pero felices. Emociones diversas que varían en cada persona que habita Panem. Muchos padres están tristes y asustados, mientras que el resto de habitantes esta aliviado de que sus hijos no sean parte de esos juegos.
— ¡Sienna! ¡Grant! —Gritan dos personas jóvenes desde uno de los sillones.
Al observar mejor, noto a dos cabezas rubias correr hasta nuestro lugar. Lyanna y Nichols, los hermanos menores de Lucky. Ambos nos abrazan con efusividad, casi saltando en sus lugares para hacer notar cuan felices están de vernos. Sonrió porque ellos siempre cargan con mucha energía, sin importar cuan triste este el día. Desde el sillón, Lucky mira a sus hermanos con una mano en su cabeza.
— ¿Y ustedes dos? ¿No iban a supuestamente dormir hasta las 2 de la tarde? —Pregunto Grant pasando su mano con pulseras por las cabelleras de ambos jóvenes.
Lyanna se separó de mí con una mueca en su rostro.
—Lucky dijo que podríamos dormir en el tren, pero apenas entramos dijo que si dormíamos nos perderíamos las maravillas del viaje —respondió la joven.
Mire a Lucky con una sonrisa traviesa, y este me respondió de la misma manera. Maravillas del viaje, eso lo dijo mama una vez cuando le mencionaron que los tributos de un juego, no recuerdo de cual, durmieron todo el viaje. Al preguntar a que se refería, me respondió que las vistas desde las ventanas del tren eran magnificas.
Solo puedo admitir que las vistas del Distrito 12 y el 11 son magníficas. No tuve la oportunidad de ver las de los otros distritos.
—Sera mejor que tomemos desayuno, ¿No lo creen niños? —Pregunto mi hermana levantando su trasero del sillón. Por su mueca de incomodidad, creo que se le entumeció ¿Cuánto tiempo estuvo sentada? Mejor ni saberlo—. Hay unos pasteles para chuparse los dedos.
