• Cuando su nombre es dicho durante la Cosecha de los Juegos del Hambre,
Sienna Petersen solo desea despertar de aquella pesadilla.
• Pero, cuando los secretos mas oscuros del Capitolio comienzan a salir a la luz,
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Palabras: 1485
Advertencias: Nerviosismo. Emoción.
Comentarios míos: Sienna y Grant disfrutaron del paseo 👀 Disfruten, comenten y voten 😘
18 días antes de los Juegos del Hambre Anuales
Capitolio
Espero a Grant nerviosa junto a los carruajes alegóricos del desfile. Hermosos caballos de color negro sostienen cuerdas y las barras que los unen al carruaje. Con esto tiraran y harán que el transporte avance en fila hasta el centro del camino, donde conoceremos al Presidente Coriolanus Snow.
Lucky estuvo muy feliz de contarnos acerca de su padre. Pero yo estaba más pendiente de observar la entrada ferroviaria del Capitolio como para escucharlo.
—Wow —dice alguien a mi espalda.
Me giro pensando que es Grant, pero me llevo la sorpresa de que no es mi compañero. La persona frente a mi es un hombre rubio, de increíbles ojos celestes que me mira como si fuera una diosa. Era hermoso, no voy a negarlo. No puedo parar de observarlo, lleva una camisa celeste y unos vaqueros blancos, ambas contrastan muy bien con su piel cálida. Del Distrito 4 supongo.
— ¿Tú debes ser...? —Pregunto sin poder reconocerlo.
No conozco a todos los mentores de los distritos. Solo conozco a los del 14 y a Haymitch Abernathy del distrito 12. Lo conozco porque a veces viajó al distrito a dormir en casa de Lucky, diciendo que extraña a su pequeño hermanito. La primera Dama, Lucy Snow, lo tomo como su protegido después del Vasallaje del 50 cuando salió vencedor.
—Finnick Odair. —Se presentó. Oh, con que este es el engreído del Distrito 4 como lo llama Lucky—. Tú debes ser Sienna Petersen, ¿estoy en lo correcto?
—Sí, esa soy yo —respondo.
Finnick me tiende la mano para estrecharla con la mía, pero al juntar nuestras manos este la toma y se la lleva a sus labios donde les da un ligero beso en el dorso. Siento mis mejillas calientes por el gesto y el sonríe de lado. Ay dioses, ¿Es normal sentirme tan nerviosa?
—Es un placer conocerte. Lucky no para de hablar de ti en la sala de mentores —comentó. Elevo mis cejas con sorpresa ¿Lucky habló de mí? Increíble—. Dijo que eras linda, pero sus palabras no se comparan con la hermosa diosa que tengo enfrente.
