Aún estaba intentando comprender la disculpa inesperada de Adrian mientras atendía a los clientes en la cafetería. La mañana había pasado volando, y ahora la tarde comenzaba a tomar ritmo. Eli y Carter habían salido durante su descanso, dejándome sola para encargarse del turno. Normalmente no me importaba, pero con el extraño comportamiento de Adrian rondando su mente, sentía que necesitaba un respiro.
Estaba preparando un café latte cuando vio a Adrian entrar de nuevo por la puerta, esta vez sin el ceño fruncido y las gafas de sol, pero aún con esa aura de autoridad que siempre parecía llevar consigo. Sentí una mezcla de molestia y curiosidad. ¿Qué más podría querer él hoy? ¿A qué estaba jugando?
Adrian caminó directamente hacia el mostrador, esta vez sin apresurarse, y se detuvo frente a mi. Me obligué a sonreír, tratando de mantener la compostura.
—Hola de nuevo, Adrian —dije, manteniendo su tono neutral—. ¿Otro espresso doble?
Negó con la cabeza, una leve sonrisa en sus labios.
—No, no hoy. Solo quería hablar contigo un momento. Si tienes tiempo, claro.
Lo mire con desconfianza. Este tipo de solicitudes de los clientes no eran comunes, y mucho menos de alguien como Adrian.
—Bueno, ahora mismo estoy trabajando, pero puedo tomarme un breve descanso —respondí con cautela.
Adrian asintió y se movió hacia una de las mesas en la esquina más tranquila de la cafetería. Terminé de preparar el latte y se lo di a otro cliente antes de seguirlo. Me senté frente a él, sintiéndome un poco fuera de lugar, mientras me observaba con una mirada intensa.
—¿Sobre qué querías hablar? —pregunté, tratando de sonar lo más tranquila posible.
Adrian tomó un respiro profundo, como si estuviera preparando algo importante.
—Mira, no sé cómo decir esto sin sonar extraño, pero necesito tu ayuda con algo —comenzó, y luego hizo una pausa, claramente eligiendo sus palabras con cuidado—. Estoy en medio de... bueno, de una especie de crisis en el trabajo, y necesito a alguien de confianza para un proyecto muy personal.
Fruncí el ceño, claramente confundida y apartada de la realidad.
—¿Y por qué yo? Si no me conoces —repliqué, sintiendo que la situación se volvía aún más extraña.
Adrian se inclinó un poco hacia adelante, bajando la voz.
—Precisamente por eso. No tengo que preocuparme por agendas ocultas o gente que intente ganar favores. Eres... neutral. Y además, creo que puedes manejarlo.
Me quedó en silencio por un momento, tratando de procesar lo que él estaba diciendo. No tenía mucho sentido, y la idea de involucrarse en algo personal con Adrian Whitmore no estaba en mis planes.
—No entiendo, Adrian. ¿Qué tipo de proyecto es este? —pregunté finalmente, aún cautelosa.
Adrian suspiró y se pasó una mano por el cabello, una señal de que estaba más nervioso de lo que dejaba ver.
—Es complicado. Pero en resumen, necesito a alguien que pueda ayudarme a gestionar una parte de mi nueva empresa de forma discreta. No es ilegal ni nada, pero requiere... delicadeza y un toque personal. Y creo que tú podrías hacerlo. Pagaré bien, por supuesto.
Sení un hormigueo de indignación. ¿Estaba sugiriendo que podría ser comprada con dinero? -Es verdad que no estaba en un momento bueno económicamente. Tenia que pagar los estudios y mi apartamento. La cafetería me gusta, pero si me ofrecen más, siempre estoy dispuesta a escuchar, pero en este caso de trabajar con el...-. Sin embargo, también había algo más en su tono; casi parecía desesperado.
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De odio y lujo
RomanceOlivia es llamada para trabajar en una fundación dirigida por Adrian, un hombre con un pasado turbio que lo ha vuelto reservado y controlador. Desde que comenzó a trabajar con él, Olivia ha sentido una atracción innegable hacia Adrian aunque sabe qu...