Capítulo 12

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La cita con Zaid estaba programada para las 20, y estaba enfrente al espejo arreglándome, con una mezcla de emoción y nerviosismo corriendo por mis venas. Me miré en el espejo mientras me peinaba, mi mente todavía dando vueltas por lo que había sucedido en el parque la noche anterior. Sentí un hormigueo en la piel al recordar cómo Zaid me había mirado, con esa intensidad que hacía que mi corazón latiera más rápido.

Zaid no era el tipo de chico por el que normalmente me hubiera sentido atraída, pero había algo en él, algo en la forma en que se movía y me miraba, que me hacía querer más. Tenía ese aire rudo y seguro de sí mismo que era tan diferente de lo que había conocido. Sus ojos verdes siempre parecían llenos de una energía contenida, como si estuviera listo para lanzarse en cualquier momento. Era impulsivo, y eso me atraía tanto como me asustaba.

Cogí mi bolso y me dirigí hacia la puerta, decidida a dejarme llevar por la noche y ver a dónde me llevaba. Cuando llegué al restaurante Sunsett lo vi esperándome fuera. Llevaba una chaqueta de cuero negra y una camiseta ajustada que acentuaba su físico musculoso. Su postura era relajada, pero noté que sus ojos me recorrieron de arriba abajo varias veces y me hizo estremecer.

—Hola preciosa—dijo con una sonrisa torcida, acercándose y dándome un beso rápido en la mejilla, aunque sus labios rozaron los míos justo lo suficiente para hacerme sentir el calor subir por mi cuello—. Te ves increíble.

—Gracias, Zaid —respondí, sonriendo y sintiendo el rubor en mis mejillas—. Tú también.

Entramos al restaurante y nos sentamos en una mesa cerca de la ventana. Zaid no perdió el tiempo en acercarse más a mí, su brazo rozaba el mío mientras hojeábamos el menú. Podía sentir su energía, casi como si estuviera vibrando con una intensidad que era difícil de ignorar. Pedimos la comida, y mientras esperábamos, él comenzó a hablarme sobre lo que ha estado componiendo para su banda mientras yo le miraba fijamente, prácticamente embobada.

—Me gusta que seas tan apasionada por todo —dijo de repente, su tono cambió ligeramente volviéndose más bajo, más íntimo. Agaché la vista sonrojada.—. Es algo raro de encontrar.

Levanté la vista de mi copa de vino y vi que me miraba con esa mirada intensa que siempre me dejaba sin aliento.

—Gracias —respondí, sintiendo mi voz más suave de lo que pretendía—. Creo que eso es algo que tenemos en común.

Zaid sonrió inclinándose más cerca, su rodilla rozando la mía debajo de la mesa. El contacto envió una chispa a través de mí y mi respiración se aceleró ligeramente. Su cercanía era intoxicante, y aunque sabía que era un poco más brusco e impulsivo de lo que estaba acostumbrada, no pude evitar sentirme atraída por eso.

—Olivia —dijo en voz baja, su tono más grave—, quiero ser sincero contigo. No soy el tipo de chico que juega a lo seguro. Cuando quiero algo, voy a por ello. Y en este momento no quiero nada más que conocerte mejor.

Sentí que mi corazón se aceleraba ante sus palabras, y por un momento, me quedé sin palabras. Podía ver la sinceridad en sus ojos, la determinación que ardía allí, y algo en eso me hizo querer lanzarme al vacío sin mirar atrás.

—Me gusta eso de ti —respondí finalmente, mi voz apenas un susurro—. No soy una chica que se asuste fácilmente.

Zaid sonrió, y antes de que pudiera reaccionar, sentí su mano en mi muslo, como subía muy lentamente con su tacto firme y seguro. Su contacto me sorprendió al principio, pero no lo aparté. Me incliné un poco más cerca de él sintiendo su calor irradiando hacia mí. Quería que supiera que estaba dispuesta a llegar más lejos esta noche. La tensión entre nosotros crecía con cada segundo que pasaba, llenando el aire con una electricidad que era casi palpable.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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