¿dosde está?

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Narra t/n:

Me encontraba sumido en la lectura de mi libro favorito, "El retrato de Dorian Gray", en el sofá, cuando de repente caí en cuenta de que eran más de las 10 de la noche. Mi hermano Nolan siempre llegaba a casa a esta hora, pero hoy parecía que se retrasaba. Me levanté del sofá y miré por la ventana, esperando ver su figura familiar en la entrada. Pero no había nadie.

De repente, se escuchó un golpe duro en la puerta. Me reí levemente al imaginar a mi hermano tropezando con su propia escoba, como solía hacerlo cuando estaba distraído. Pero luego me preocupé, ¿y si se había lastimado?

Después de un momento de silencio, la puerta se abrió y mi hermano Nolan entró en casa con una sonrisa pícara en el rostro, como si nada hubiera pasado.

- ¿Qué pasó? ¿Te asusté?.-Me miró con una expresión inocente. Me reí.
- "¿Te caíste de la escalera otra vez?". Nolan se rió y asintió con la cabeza.
-"Sí, algo así". Me encogí de hombros .

-Pasa, pasa. ¿Quieres un té o algo? -le dije a mi hermano Nolan mientras él se sentaba en el sofá a mi lado. Me levanté a preparar el té, disfrutando de la calma de la noche. Era una noche como cualquier otra con mi hermano, tranquila y relajada.

Mientras esperaba a que el té estuviera listo.
-¿Cómo te fue el viaje? -Trataba de no reírme, quizás él no fue el que se cayó de la escoba, como solía hacerlo. Pero Nolan solo asintió con la cabeza.

-Bien -mientras elongaba el brazo y hacía un gesto de dolor.-Necesito un café -dijo mientras se dirigía hacia la cocina, dejándome en la sala. Dejé el libro a un lado y lo miré, sonriendo. Parecía que mi hermano había tenido un viaje más accidentado de lo usual.

Me levanté y lo seguí a la cocina, curioso por saber más sobre su aventura.

-¿Qué pasó? -le pregunté mientras él se preparaba un café. Nolan me miró con una sonrisa pícara.

-Nada, solo un pequeño accidente con el auto, Pero estoy bien, no te preocupes. Me reí.

-¿Un pequeño accidente? Eso es lo que tú llamas un pequeño accidente. -Nolan se rió y asintió con la cabeza.

-Bueno, quizás fue un poco peor de lo que pensé. Pero estoy bien, de verdad.

Nos sentamos en la mesa de la cocina, disfrutando de nuestros respectivos tragos, y pasamos el resto de la noche charlando y riendo juntos. Era bueno tenerlo de vuelta en casa, accidentes y todo.

Después de terminar mi libro, noté que Nolan se encontraba justo detrás de mí, apoyado en la pared con una sonrisa amable en su rostro. Se acercó a mí y me ofreció una taza de chocolate caliente, que olía deliciosamente.

-Pero... -empecé a decir, sorprendido por la sorpresa, pero Nolan no me dejó terminar.

-Tómalo -dijo con su tono de hermano mayor, como si no aceptara discusiones.

Me reí y acepté la taza, disfrutando del cálido líquido que me hacía sentir cómodo y relajado.

-¿Y papá? -le señalé una carta que había dejado sobre la mesa, preguntándome si él sabía algo sobre su paradero.

Nolan se dirigió a la mesa y tomó la carta, leyéndola con una expresión seria. Después de un momento, dio un suspiro cansado y me miró.

-¿La leíste? -me preguntó Nolan, con una mirada inquisitiva, como si esperara que yo tuviera algún conocimiento previo sobre el contenido de la carta. Negué con la cabeza, sintiendo una curiosidad creciente por saber qué decía la carta y por qué Nolan parecía tan preocupado.

-¿Qué dice? -le pregunté, intentando sonsacarle información, pero Nolan solo me miró con una expresión enigmática y sacudió la cabeza.

-Nada, no es importante -dijo, con un tono que no me convenció. Su voz parecía forzada, como si estuviera ocultando algo.

¿papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora