Reencarnar en una Diosa había sido una idea muy tentadora hasta que se dió cuenta en qué reencarnó siendo una Diosa del Panteón Griego,el Panteón más turbio de toda la historia y por mucho
Pero la cosa no queda hay,todo es peor cuando se da cuenta e...
Ambos se quedaron mirando sin decir ningún palabra, rosado y azul contra azul y negro, ambos sin saber que decir ante el estado del otro. Ambos demacrados, cansados y obviamente nada ilusionados. Más al verse un pequeño brillo surgió, algo que solo noto la diosa del amor
—Te ves horrible– declara la diosa de los sueños su dirección
—y tu cansada– le comenta
—no he podido dormir a gusto– le explica de forma vaga
—Ya veo, espero que eso logré solucionarse– le asegura con sinceridad
—Lo dudo– le responde sin demostrar su incomodidad –viendo que están ocupados me iré– declara dándose la vuelta para salir por de la habitación
El Dios del Inframundo extiende su mano intentando pedirle que se quede más las palabras no logran salir de su boca por el nudo en su garganta. Mientras que en el fondo la pelirrosa deseaba que el pidiera que se quedará
—No lo hagas– pide el Olímpico sin saber cómo habían salido las palabras –puedes quedarte, por favor?– el le pide y la menor cierra los ojos y sin decir ningún palabra se dirige a tomar asiento en uno de los sillones de la habitación consiguiendo que un pequeño brillo esperanzado se instale en los ojos del contrario
—Y de qué estaban hablando?– pregunta la menor queriendo desviar el tema de la escena que acababa de suceder
Por su parte ante la pregunta la rubia reacciona dejando de morderse el labio con tal de evitar soltar un chillido emocionada y con ello arruinar la escena
—Bueno, la verdad es que el problema es que alguien no quiere salir del Inframundo, aunque no lo creas– habla la rubia a lo que la menor alza una ceja recordándole que ella misma preferiría pasar su eternidad en tal lugar –alguien a parte de tí– rectifica
—Quien?– pregunta curiosa
—Persefone– Declara con fastidio el Rey del Inframundo sobándose la cien con obvio estrés
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Deméter se encontraba desesperada, desde hace una semana que su hija se había escapado de casa luego de que ella se negara a dejarla salir cuando un Dios de cabellos rubios del panteón Nórdico la encontró en la tierra y entabló conversación con ella
Por Cronos, se había vuelto loca cuando la vio con ese Dios. Y si le hacía algo?! Si la raptaba o la violaba?! Sin duda no podría permitirse que su hija sufriera un destino tan cruel como aquel
Su hija era un pequeña flor que debía ser protegida de todo y de todos. Puede que ya fuera una Diosa casi adulta, ella era su madre y como toda madre no permitiría que algo malo le sucediera a su hija. Aún si aquello resultaba en que debía aislarla de todos
Es por ello que no comprendía el porque se que Perséfone escapará o quizás simplemente no quería verlo. Después de todo ninguna madre quiere aceptar que su hijo preferido ya no es un bebé y debe abandonar el nido
Es por ello que sin dudarlo ni un segundo Deméter abandono sus dominios con tal de ir a buscar a su pequeña florecilla primaveral para traerla de regreso a casa sana y salva. Y si era necesario vengarse de quienes le habían hecho daño