33

863 185 17
                                    

—Persefone?– pregunta confundida la menor sintiendo un nudo en la garganta acompañado por un mal sabor de boca

—Así es, desde varias semanas a estado colandose en el Inframundo y por más que trato de expulsarla siempre regresa. Incluso a estado intentando colarse en el castillo. Pero desde hace una semana a estado intentandolo todos los días. Incluso he tenido que reforzar la seguridad y me he visto tentado a cerrar las entradas al Inframundo– le explica el mayor

—Pero eso no sería bueno ya que impediría que las almas de los difuntos entren al Inframundo lo cual solo terminaría ralentizando el trabajo de todos– completa la menor

—Así es, incluso he optado por dejarla en los Dominios de Deméter pero es como si nada– se queja frustrado

—Además, al parecer Hipnos le informo de que Perséfone siempre le pedía soñar que tanto ella como Hades se encontraban casados y vivían una magnífica vida en el Inframundo. Es por ello que él vino a mí con tal de saber si Perséfone se encontraba obsesionada con él, algo que resultó cierto– le explica la rubia

Sin poder evitarlo la pelirrosa dirige su mirada al Dios del Inframundo mientras que su corazón dolía ante la simple idea de que fuera posible qu él pudiera llegar a estar enamorado de Perséfone. Pero era su decisión y ella no podía obligar a nadie a dicho Star a su lado. Por lo que cruzándose de brazos y haciendo caso omiso a sus propios sentimientos de dirigió al Dios del Inframundo

—Entonces qué deseas hacer?– le pregunta viéndolo suspirar

—La expulsaré de forma definitiva del Inframundo y le negaré la entrada nuevamente. También deberé avisarle a Zeus y a Deméter de esto para que la controle– habla el olímpico pasándose la mano por sus cabellos

—Entiendo, espero que tengas suerte en tu labor– le comenta antes de darse la vuelta y disponerse a salir del lugar

Necesitaba llegar a su templo y acostarse un momento

—Por qué no vas con él Chiara?– pregunta la rubia sin querer que ambos vuelvan a separarse. Podía sentir como su distancia les estaba pasando factura a ambos. Más a Hades ya que es quien cargaba la culpa de su distancia

—Por qué lo haría?– le pregunta la Pelirrosa, ella tenía Miles de razones para regresar al Inframundo aunque sea solo por algunos minutos, pero no debía dejarlo ver, no con la razón principal allí presente

—Porque cerbero te extra, desde que te fuiste no deja de estar triste. También porque tus poderes podrían ser capaces de modificar cualquier sueño retorcido que tenga Perséfone y porque yo te necesito– habla el Dios desesperado, no quería que se fuera. Ya bastante había sufrido con su ausencia, sentía que si la dejaba salir por esa puerta no podría recuperarla cuando lo único que deseaba es volver a verla quedarse dormida en cualquier lado o tener que cargarla porque era demasiado vaga para hacerlo ella misma

El lugar de repente se llenó de una enorme tensión mientras que la menor apretaba los puños con fuerza intentando controlar el nudo en su pecho. Estaba molesta, estaba dolida pero peor que todo, estaba llena de esperanza. Esperanzas de que esto no fuera un sueño, de que él no hablara como si estuviera viendo a un miembro de su familia frente a él. Esperanzas de que por una vez en verdad pudiera cumplir sus sueños

La rubia viendo la tensión que se había formado salió de la habitación sin decir ninguna palabra cerrando la puerta detrás suyo. Ambos necesitaban este momento a solas, necesitaban aclarar las cosas antes de que se hicieran más daño del que ya se estaban haciendo, simplemente necesitaban hacerlo y ella no debía estar allí para eso

Dorado y azul se encontraron en una lucha de rotas voluntades. Una lucha que de verdad no intentaban ganar, porque ambos parecían cansados de lo que sucedía

—Si me necesitabas por qué me ignoraste y me hiciste a un lado?– le pregunta en un susurró que fue escuchado a la perfección mientras las lágrimas amenazaban con comenzar a acumularse en el interior de sus cuencas

—Por que tenía miedo– admite con total sinceridad –miedo de que no me aceptarás. De que para tí no fuera más que tu simple cuidador. Miedo de perder a la única que durante mis años llegó a ser mi luz– le responde dejando salir todo su dolor consiguiendo que el corazón de la menor comience a latir cual tambor

—Entonces por qué la necesidad de acostarte con esa Ninfa estando yo presente?– le pregunta dolida –por qué no preguntaste o intentaste averiguar en vez de asumir lo que iba a hacer? Sabes cómo me sentí al ver que me apartaste de repente como si no fuera más que una mierda para luego enterarme de que te estabas acostando con esa Ninfa?– le pregunta y ve como él se acerca y antes de poder hacer cualquier cosa él la abraza haciendo que entierre su cabeza en su pecho

—Nunca me acosté con Mente, una vez lo intente pero no pude tocarla porque mi mente no dejaba de pensarte a tí. Me es imposible tocar a otra persona Chiara, porque tú llegaste y te grabaste en mi alma. Ella solo decía eso y yo no tenía cabeza para pensar en eso cuando me encontraba demasiado asustado de mis sentimientos. Porque no son normales Chiara, son totalmente obsesivos hacia tí. Mataría a cualquiera que se atreva a mirarte como algo más allá de su señora, no me importaría tener que asesinar a cualquiera que siquiera atreva a intentar poner sus manos sobre ti. Porque nadie es digno de tocarte o de mirarte de forma asquerosa como solo yo quiero hacer. Quiero poseer todo de ti ya sea en cuerpo o alma. Deseo cada poro de tú piel y cada suspiro de tus labios como nunca había deseado nada y tenía miedo de ello– admite apretándola entre sus brazos mientras ella se limitaba a escuchar todo sorprendida y con las mejillas levemente sonrojadas –tengo miedo de que no te gusten mis sentimientos o te horrorices con el simple hecho de todo lo que puedo llegar a hacer por tí. Miedo de que te escapes de mis brazos y al no ser capaz de aceptarlo tu coloque en una jaula junto a mí por el simple hecho de que no me siento capaz de soportar perderte. Estos últimos días han Sido la peor tortura que he sufrido nunca. Mi mente me ha jugado malas pasadas imaginándote caminando por los pasillos o durmiendo en algunas esquinas. He estado durmiendo en tú cuarto porque necesito tu olor para hacerlo, necesito tu presencia, tu voz y todo de tí para poder sentirme en casa. Porque tú Chiara eres mi hogar– declara colocando su barbilla sobre la cabeza de la menor –Y se que mis actitudes no fueron correctas y mucho menos debí hablarte como lo hice la última vez que nos vimos, pero no sabía que hacer. Estaba preocupado y molesto por el simple hecho de no poder encontrarte, me estaba culpando de lo sucedido y descargue todo sobre tí y eso es algo que nunca más volverá a pasar. Yo solo quiero decirte que te amó y siempre te amaré Chiara y esperó que algún día puedas perdonarme– ruega el Dios

La menor sentía su corazón latis despavorido a punto de reventar su caja torácica. Esa había Sido una declaración de amor totalmente enfermiza pero aún así extramadamente dulce. Era simplemente perfecta

El sonrió sintiendo su corazón volver a latir dentro de su pecho al sentir como ella en vez de apartarse los abrazaba pegándole un poco más a él. Por lo que sin poder evitarlo se aferró a ella con todas sus fuerzas. Al calor que ella desprendía, a sus sentimientos ahora compartidos

—Eres un Idiota. Pero eres mí Idiota y por ello te perdonó– declara con una sonrisa sintiendo la tranquilidad inundar su ser. Mientras ambos se sentían plenos dentro de aquel abrazo lleno de lo que ambos ahora aceptaban era amor

Fuera de la puerta la rubia sonrió con felicidad y cariño al notar como su lazo se hacía aún más fuerte hasta volverse indestructible, era hermoso ver cómo aún habían parejas que sin ser dioses del amor se mostraban tal devoción

—Me alegra que se arreglarán. Ambos iban a terminar muertos si eso no pasaba– comenta al aire antes de darse la vuelta dejándoles mayor privacidad. Ella ya no tenía nada que hacer allí

Sueño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora