Sueño

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El Dios del trueno se encontraba incrédulo. Había traído a esa Diosa consigo para poder ayudarla, pero resulta que ni siquiera Freya y su padre habían conseguido hacerla despertar o al menos entrar a su mente. Era simplemente inaudito

Al parecer quien la había maldito sabía lo que hacía y no quería que ella despertará nunca jamás. Viviendo atrapada en sus sueños para toda la eternidad

Por eso se preguntaba que es lo que había hecho esa hermosa Diosa que dormía atormentada para que alguien la maldijera de esa forma

Pero claro, es obvio que el hecho de que Perséfone, Hija de Zeus y Deméter, Diosa de la primavera se encontraba en Asgard bajo el cuidado del hijo favorito de Odin no iba a pasar desapercibido. Más con un Dios como Loki dentro de las paredes del castillo

Es por ello que en poco tiempo varios Dioses de diferentes panteones se encontraban enterados de la situación y las teorías comenzaron a surgir

Algunos decían que su madre, Deméter. La había maldecido de esa forma para que nunca pudieran escapar de sus dominios. Otros aseguraban que un Dios la había dormido para poder aprovecharse de ella y aquellos que se habían enterado del acoso de la Diosa menor al Rey del Inframundo aseguraban que este la había maldecido para que no le molestará nunca más

Aunque había muy pocos, los cuales pensaban que la hija de Zeus y Hera, quien era hermana melliza de la maldecida y quién justamente tenía un dominio sobre los sueños la había maldecido al intentar acercarse a Hades. Pero estos pocos preferían mantener la boca cerrada ante el temor de ser castigados de formas inimaginables

Después de todo la diosa de la que estarían hablando no solo era la hija favorita tanto de Zeus y Hera, sino que también la hermana preferida de Ares y una muy cercana amiga de Afrodita y Eros. Sin contar que si el Rey del Inframundo llegaba a enterarse de sus palabras sobre su amada el Tártaro sería un paseo por el parque comparado a lo que les haría

Aunque claro, siempre habría esa persona que no sabría cuando debe morderse la lengua

Actualmente la pelirrosa se encontraba cocinando tranquilamente en la cocina del castillo justo cuando las puertas de este se abren dejando ver a Eros que en su espalda cargaba arco y Carcaj lleno de flechas de oro y plomo

—Eros, llegas a tiempo. Prueba esa masa y dime cómo esta– le pide pasándole un tazón con masa para cupcakes

—Fuiste tu verdad? Quien hizo dormir a Perséfone– asegura recibiendo ninguna reacción de la Pelirrosa

—No se de qué hablas– le responde aburrida tomando un poco de masa con el dedo y probandola –le falta azúcar– comenta para si misma hechandole más azúcar

—No mientas Chia– le exige a lo que ella levanta la vista observándolo con la mirada endurecida y una expresión vacía

—He dicho que no se de qué hablas Eros– declara cortante dejando en claro que no insistiera con el tema ya que no le sacaría nada

—Pues, si no lo hiciste. Cómo podrías tú despertar a Perséfone para poder hacer que se enamore de otra persona?– le pregunta con una ceja alzada

—Pues si yo tuviera que despertar a Perséfone utilizaría esto– habla y levanta su mano creando una mariposa de arena con toques dorados y negros la cual vuela hacia Eros comenzando a revolotear a su alrededor –Esa mariposa sería capaz de romper cualquier maldición que tenga que ver con los sueños, claro, en un caso hipotético de que debiera hacerlo– le comenta con una sonrisa burlona, pero sin eliminar a la mariposa

—Y en el caso de que Perséfone despierte y recuerde a quien la puso en ese estado?– le pregunta

—Bueno, si hubiera Sido yo quien la maldijo me hubiera asegurado de borrar todos los recuerdos sobre que yo fui quien hizo eso. Pero como no fui yo no puedo decir nada– le comenta –por cierto, Afrodita me dijo que te diera esto– recuerda y chasquea los dedos haciendo que un mapa apareciera frente a él –dijo que necesitabas un mapa de la biblioteca del Olimpo el cual te guiará hacia las entradas que hay de la tierra a Asgard. Aunque creo que deben estar abiertas– le comenta

—Gracias, esto me será de ayuda. Tengo a alguien que puede abrirlas por mí– le asegura

—Acaso es ese Dios del engañó con el que te has estado reuniendo?– le pregunta con una sonrisa divertida viendo cómo el rubio le guiña un ojo igual de divertido

—Por cierto, si quieres que la mariposa haga algo di sueño– le informa

—Entiendo, muchas gracias Chia– se despide enviándole un beso volador mientras que ella niega con una leve sonrisa