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Jimin y Jeongguk comenzaron a caminar por la calle aledaña al recinto del concierto. Era una zona bastante concurrida ya que la vida nocturna era activa por esas zonas de Itaewon.

—¡Ha sido increíble! —exclamó Jimin mientras daba pequeños saltos por la banqueta.

Jeongguk lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡No creí que podrías tocar la mano de DoJoon! —le recordó Jeongguk.

Jimin suspiró de felicidad y asintió.

—Ni yo, pero ha sido como un sueño —dijo Jimin, caminando al lado de Jeon esta vez.

Jeongguk asintió.

—¿Vamos a comer? —preguntó Jeon—. Por aquí hay un restaurante ochentero.

—¡Claro, hyung! —sonrió Jimin mientras sacaba su teléfono.

—¿Les avisarás a tus papás? —preguntó Jeon.

—Sí, el concierto terminó más tarde de lo planeado —dijo Jimin aún con la sonrisa en su rostro—. Les avisaré antes de que pierdan la cabeza como ayer.

Jeongguk asintió y cuando Jimin terminó de escribir en su celular y recibir el permiso de sus padres, llevó su mano hasta la nariz del menor para acomodar sus gafas.

—¿Dejarás la moto ahí, verdad? —le preguntó Jimin, tratando de ignorar el latido de su corazón.

Jeon asintió con una sonrisa.

—Sí, estamos a una cuadra.

Jimin asintió y los dos se quedaron en un silencio cómodo.

Park miraba el cielo nocturno, notando que las estrellas no eran muy visibles. Sin querer, recordó cómo hace unos momentos ellos estaban viendo el cielo lleno de fuegos artificiales tomados de la mano. La vista de Jimin entonces viajó hasta las manos de Jeongguk mientras sus mejillas se teñían de un suave durazno.

Quería tomar de nuevo su mano.

Aquel pensamiento esta vez sí lo llevó a pensar más a fondo. ¿Desde cuándo era tan desvergonzado? No entendía lo que pasaba por su cabeza al tener ese pensamiento. Ese deseo. Era extraño porque ni con Namjoon se había sentido de esa forma. Era como si Jeongguk fuera un imán para él. Como si él fuera la tierra y Jimin la luna. Le parecía completamente extraño puesto que él llevaba enamorado muchos años de Namjoon y no le era concebible pensar que su enamoramiento en realidad no era algo más que pasajero.

Aunque aquello lo hizo estremecer. ¿Eso significaba que él estaba sintiendo cosas románticas con Jeongguk?

La simple idea lo hizo sonrojar.

—¿Jimin? —preguntó el chico a su lado.

Jimin alzó la vista, encontrándose una mirada algo preocupada.

—¿S-Sí?

—Estás distraído, ¿sucede algo? —preguntó Jeongguk.

Jimin negó.

—Supongo que es el shock —mintió con voz bajita.

Jeongguk pareció poco convencido pero decidió no preguntar más, a lo que Jimin agradeció.

—Es aquí —señaló Jeon mientras le abría la puerta del local a Jimin.

Park ingresó y se sorprendió al ver la vibra ochentera del restaurante. Las meseras tenían ropas entre turquesa y rojo, acompañadas de peinados de la época.

SECRET CRUSH ─ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora