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—¿Q-Qué?

Jeongguk miró las mejillas rojas de Jimin, así como sus manos que jugaban con su camiseta negra. Realmente no sabía por qué estaba preguntando eso pero había algo dentro suyo que lo enfermaba. Cada que él y Namjoon cruzaban miradas y Jimin se ponía tímido como ahora lograban remover algo en su pecho, era algo inquietante.

A Jeongguk no le agradaba mucho, pero quiso pensar que sólo era porque Jimin era su amigo y lo quería cuidar de ser lastimado.

—No es nada —suspiró Jeon.

Jimin entonces observó cómo Jeongguk se ponía en pie para tomar algunos vasos.

S-Sí... —susurró Jimin, colorado a más no poder.

Jeongguk se detuvo y lo miró con sorpresa.

—M-Me gusta... desde hace mucho, él me gusta —confesó mirando al suelo.

Jeongguk al verlo sintió que su corazón se estrujaba.

—¿Por qué no se lo dices? —preguntó mientras dejaba los vasos en su sitio y se acercaba a Jimin nuevamente.

—N-No puedo... ¿estás loco? ¿Cómo Namjoon podría fijarse en mí? —preguntó Jimin aún sin mirar a Jeongguk a los ojos.

Jimin gritaba en susurros para que nadie fuera de la cocina sospeche o escuche su conversación.

—¿Por qué no lo haría? —preguntó Jeon nuevamente—. No tienes nada de malo. Eres agradable y lindo.

Bueno, sí, él le había dicho lindo. Pero eso era todo. Además Jimin no parecía ni haberse dado cuenta por el lío que parecía tener en su cabeza ahora mismo.

—Porque es inalcanzable.

Jimin al decir aquellas palabras se veía desanimado. No solo eso, Jeon pudo jurar que su mirada se oscureció de forma notoria. Sus hombros caídos, las mejillas rojas y sus lentes cayendo por el puente de su nariz. Jimin era uno de los chicos más lindos que ha conocido y le frustraba que no lo viera así.

—No seas absurdo —dijo Jeongguk con un tono fastidiado.

Quería sonar menos duro pero le era casi imposible. Kim Namjoon, ¿cómo no podías abrir los ojos?

Jimin, por otro lado, creyó que estaba perdido. La había cagado, ¿no? Ahora seguro Jeongguk pensaba que era un ridículo por tener este enamoramiento tonto con Namjoon. De hecho, mientras miraba a Jeon, creyó que este diría algo más, estaba seguro. Pero su momento y conversación se cortaron cuando Niki entró a la cocina con mirada confundida por la tensión en el ambiente.

—Lo siento... estaban preguntando por los vasos y si necesitaban más ayuda —dijo el pobre muchacho.

Jeongguk suspiró y se giró para no ver más a Jimin. Estaba por decirle que de hecho Jimin era ridículo si creía que Namjoon era el inalcanzable ahí. No, Park estaba equivocado, era al revés. ¿Cómo Nam podría salir con alguien tan lindo como Jimin? No era un mal tipo pero tampoco era precisamente un pan de Dios.

—Lo siento, necesitábamos más manos —susurró Jeongguk una vez Niki se acercó a él para llevar más vasos.

Jimin tomó dos restantes y, cabizbajo, salió al jardín para entregar los vasos. Si Taehyung y Jia notaron su cambio de humor, no dijeron nada y respetaron su silencio. Jimin notó también cuando Tae le dio una mirada preocupada minutos después de almorzar y que todos decidieron entrar en la alberca menos él.

"Me duele el estómago", había sido su pobre excusa pero fue suficiente para que nadie lo cuestione. Se alegraba que el año pasado la gente lo recordara por enfermarse tras comer un almuerzo de la escuela y que lo recordaran como un chico de estómago sensible.

SECRET CRUSH ─ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora