Tory
Nunca pensé que llegaría a escribirte algo así, pero aquí estoy, tratando de poner en palabras lo que siento. Hay algo en tus labios, en esos ojos que brillan y me dejan sin aliento. Tu sonrisa tiene la capacidad de animar incluso el peor de mis días. Tu cuerpo... tu cabello, tan sedoso, de un color que no se encuentra en ningún otro lugar. Pero lo que más me atrapa es tu forma de ser: esa personalidad llena de pequeños defectos y virtudes que me tienen dando vueltas sin parar.
Quizás con esta carta logres entenderlo un poco mejor... Lo lamento, de verdad lo lamento. Nunca planeé que esto fuera a significar tanto para mí. Todo esto se suponía que solo sería un juego, algo pasajero, pero contigo es diferente. No sé en qué momento pasó, pero de alguna forma, me he dejado atrapar por ti.
Y ahí está el problema, Tory. Tengo miedo. Miedo de seguir cayendo más profundo, de no poder salir una vez que esté completamente atrapado en esto que siento. No puedo evitar pensar en cómo será si un día te das cuenta de que hay otros que te quieren tanto o más que yo... y si decides irte con uno de ellos.
Por eso, siento que necesito acabar con todo esto ahora, antes de que me importe demasiado, antes de que sea demasiado tarde para protegerme. No es tu culpa, lo sabes, ¿verdad? No quiero que pienses que hiciste algo mal. Es solo que no estoy seguro de estar listo para sentir algo tan fuerte... y tengo miedo de lo que podría pasar si sigo adelante.
Perdóname por querer dar un paso atrás, pero necesito hacerlo para no sentirme aún más perdido.
De verdad, lo siento. Espero que puedas entenderme.
Robby.
Me echo hacia atrás en la silla del escritorio, alejándome de la carta como si la distancia pudiera evitar que mis lágrimas la manchen. Pero es inútil. La tormenta dentro de mí estalla, y no puedo contenerlo. Rompo en llanto, un llanto que duele hasta en los huesos. Lloro por lo que estoy a punto de perder, por la decisión que estoy tomando por puro miedo. Lloro por amor, por el dolor que me causa tener que dejarla ir, cuando lo único que quiero es quedarme a su lado.
Lloro porque sé que estoy siendo un maldito cobarde, porque estoy pensando solo en mí, en mi miedo a sentir más de lo que puedo manejar. ¿Pero quién podría enamorarse realmente de alguien como yo? Un mujeriego, un egoísta, alguien que siempre ha jugado con los sentimientos de los demás. Nadie en su sano juicio podría. Mucho menos ella, la chica con ojos tan azules como el cielo, la que sin quererlo me robó el corazón, la que se merece algo mucho mejor que esto... mejor que yo.
El dolor me atraviesa como una daga, y sé que mañana, cuando le entregue esta carta, será real. El final. Me obligo a prometerme que lo haré. Se merece la verdad, aunque duela. Y aunque me destroce, sé que ella estará mejor sin mí.
Ella estará bien.
Yo... no lo sé.