Lo que encontramos: Llegar a un acuerdo o matarnos.

Una isla en desastre

Roronoa Zoro iba caminando con su mala cara habitual, a momentos miraba hacia atrás percatándose de que Sanji lo seguía, ya que era la única brújula que tenía en un sitio donde aún no habían encontrado siquiera una persona, a pesar del pequeño puerto donde había desembarcado el Sunny, uno pesquero en muy malas condiciones que le daba a entender que algo había pasado con él, aunque para el resto de la tripulación supuso algún tipo de alivio, ya que tampoco era tan fácil atracar un barco pirata en una nueva isla cada vez que aparecía a la vista.

- quizás del otro lado de la isla- comentó Zoro mientras ponía los brazos detrás de la cabeza y bostezaba aburrido- porque no vas tú de un lado y yo del otro?

Sanji mantuvo las manos en sus bolsillos, y pateó el polvoso suelo del lugar, la isla tenía el suelo muy seco y amarillo

-podría hacerlo...-dijo Sanji suspirando- pero después tendría que buscar tu cadáver y no me siento como para hacer eso...

-No me voy a perder...- Zoro trataba de ser convincente

-dijo el... ¿tu de verdad crees que camino detrás de ti porque me agrada?- Sanji sentía que le subía la presión, Zoro podía valer algo para él pero en definitiva paciencia no le tenía

-Bueno...

-¡Lo hago para vigilar que no te pierdas! - gruñó alterado

Zoro decidió que era mejor no responder, después de todo, la bruja les había ordenado ir juntos, ya que la falta de impulsividad de Sanji se combinaba muy bien con el exceso de impulsividad de Zoro, siempre y cuando lo tuvieran controlado. Además, en caso de que encontraran donde conseguir víveres, Zoro tendría que cargar con ellos, porque nadie esperaba que Sanji cargara solo con cajas y cajas de comida, considerando todo lo que comía Luffy, quien por cierto, parecía alimentarse más como un barril sin fondo que como un humano de goma.

En realidad el cazador de piratas y piernas negras, esperaban encontrar algún pueblo o villa donde poder conseguir comida, porque la segunda opción sería cazar animales y recoger fruta y sobrevivir con eso hasta la siguiente isla, la cual estaba a una distancia que Nami no había descifrado aún.

-No me voy a perder- se quejó Zoro

-¿y porque siempre desapareces? ¿Estás diciendo que es intencional?- se burló Sanji, obviamente el espadachín se volteó a verlo de mala manera mientras sacaba una de sus katanas

-si tienes algo que arreglar, que sea ahora que no hay nadie- le ofreció el marimo

Sanji sacó un cigarro y lo encendió tranquilamente, luego lo miró con total tranquilidad

-como si pudieras vencerme...

-¿quieres ver?

Zoro sin pensar hizo un movimiento con su katana directo hacia la cara de Sanji, quien lo esquivó con rapidez prediciendo sus movimientos. Zoro volvió a atacar y Sanji se defendió poniendo su pie contra la Katana, ambos forcejeaban, uno rivalizando con el otro, aunque ninguno de los dos tenía verdaderamente pensado hacerle daño al otro, solo era otro momento para rivalizar, para demostrarle al otro quien era mejor y diferenciarse uno del otro

-Ya aléjate cabeza de césped!- Sanji dio un salto y resbalo por el polvoso suelo amarillo

-¿ya te dio miedo?

-¿que? un idiota como tu no le da miedo a nadie

Zoro lo siguió y Sanji le dio otra patada que fue detenida con la Katana, era como si uno no le pudiera ganar al otro, como si no pudieran alcanzarse mutuamente, estaban muy lejos y a la vez muy cerca del nivel del otro. Pero en su típica pelea de cada día, Sanji se paró demasiado cerca de lo que parecía ser un acantilado pequeño, por un momento perdió un poco el equilibrio pero logró estabilizarse, no obstante nunca miró atrás y Zoro tampoco midió la consecuencia de lo que estaba por hacer.