Nieve

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Lo cierto era que el marimo nunca se había detenido a mirar lo bonita que era la nieve alrededor del cocinero de cuarta.

El espadachín se vio a sí mismo admirando como el "cuarto lugar" sonreía tontamente al ver los copos de nieve caer y parecía que destacaba por sobre el escenario. sintió algo en su cara, y se abofeteó internamente cuando se descubrió sonriendo levemente y como un tonto, hasta que sintió cierta presencia femenina junto a él. No pudo evitar sobresaltarse y ver a una pelinegra cruzada de brazos mirando en la misma dirección en la que él estaba tan concentrado recientemente. Trato de hacer como que no había sido nada, decidido a retomar su entrenamiento hasta que la fuerza del viento aumentara, pero antes de que pudiera fingir total demencia, la mujer rió por lo bajo.

-¿Quién te hizo sonreír así Zoro-kun? - la mirada de Robin se posó directamente sobre el musgo verde.

-Eh... - gruñó el espadachín dejando nuevamente sus pesas en el suelo, se sintió como si fuera un niño pequeño robando galletas de la cocina.

Trato de ignorar a la mujer, pero ella solo soltó una pequeña carcajada y comentó:

- El dorado del sol debe verse especialmente hermoso con la nieve

Zoro se puso visiblemente nervioso quedándose sin armas para defenderse de aquella tremenda indirecta, siendo incapaz de controlar el sonido de su corazón que se disparaba otra vez haciéndolo sospechar que todos podían oírlo.

El Sunny se meció con la fuerza del viento y nunca estuvo más agradecido, porque fue su boleto de salida.

Estaban esperando una tormenta desde hacía varias horas. Nami ya había mencionado a la tripulación que se encontraban en una nueva zona climática y que habría una tormenta con mucho viento, así que el marimo no se sorprendió demasiado cuando miro las velas y noto como la tela se inflaba y sacudía el Sunny, sin embargo, no se movió de su lugar hasta esperar una indicación de la navegante, ya que el viento bien podía implicar estar a favor o ser de hecho un problema.

Al parecer Nami aun no decidía cuál de las dos. Estaba concentrada en el log pose.

El cocinero por su parte entró a la cocina y miró su mano herida, no le había dicho aun a Chopper, pero le dolía y estaba visiblemente inflamada, sentía toda la zona dañada afiebrada y palpitante.

Sin pensar se quitó las vendas y mojó su mano con agua fría sintiendo un leve escozor seguido de más dolor, lo que lo hizo soltar un pequeño quejido. Se observó la palma de la mano, y se asustó un poco.

Chopper lo iba a matar.

El barco se sacudió violentamente. El cocinero esperó y esta situación se repitió de nuevo, hasta que ya empeoró.

El cocinero agradeció que Usopp prefería vigilar un bebé a enfrentarse a una tormenta, porque eso le aseguraba que podía hacer su parte sin sentirse demasiado culpable por recurrir nuevamente a Chopper.

-¡Zoro! ¡Sanji! ¡A recoger las velas! - gritó Nami desde la cubierta.

El rubio suspiró con cansancio, tenía varios motivos. Primero, tenía hambre, segundo; no quería estar en el mismo espacio con el alga parlante y tercero... le dolía la mano. Había sido descuidado aunque no sentía un gran arrepentimiento, todos sus esfuerzos en los dos últimos días habían sido puestos en cuidar al pequeño bebé y ver cambios tan significativos para el pequeño lo hacían sentir visiblemente contento y calentaba su corazón.

Mientras salía de la cocina y se dirigía hacia una de las velas, vio como Nami le indicaba a Jinbei la dirección en la que requería que se mantuviera el Sunny. Sintió como si el viento lo empujara y miro al cielo, las nubes que hacía un rato parecían algodón, ahora se cernían sobre ellos más oscuras.

Lo que encontramos: Llegar a un acuerdo o matarnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora