Después de que fuiste invitada por tu mejor amiga para ver una película de terror, estabas emocionada, pero surgió un problema, esa película ni siquiera sí asustaba, te aburría, hasta el punto en que habías suplicado porque terminara. Pero te tragas...
—Debe ser una maldita broma—Carraspee, a mis ojos pasaban la escena final de la película—Pero que final más malo—Me enoje, recordando mis preciados más de una hora que esta película me había echo malgastar.
_____________(Tu Amiga) me miró, mientras estaba sostenida a mi brazo, ella me sonrió.
—Tienes razón si fue un poco mala...—Murmuro, yo asentí, todavía indignada—Pero si me dio miedo, gracias por mirarla conmigo—Me sonrió, yo le devolví la sonrisa y me levante de la cama para estirarme un poco.
(...)
Olvidamos por completo la película mientras nos dedicábamos a escabullirnos a la cocina, saqueando la alacena para prepararnos un bocadillo nocturno, mientras conteníamos la risa.
La noche se nos paso volando entre nuestros snack y la conversación tan animada que teníamos. Una vez que volvimos a la cama para irnos a dormir, siento un continuo movimiento, me quejo, pero el movimiento sigue, al abrir los ojos abro la boca para retar a __________(t/a) y veo un rostro un tanto conocido.
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—Despertaste dormilona—Su sonrisa me descolocó, dejándome helada del miedo.
—¿Que?—Murmure mirando a mi alrededor, estábamos en un auto en movimiento.
Observe por la ventana, nada, estábamos a mitad de la nada.
—¿Dónde estoy?—Dije asustada, la chica a mi lado se preocupo.
—¿Su hermana menor está bien?—Preguntó el conductor confundido, seguro el taxista que nos llevaba a un destino desconocido.
—¡Si! Eso creo...—Murmuró de ultimo preocupada, viéndome hiperventilar, el brillo de sus ojos me aseguraba que había tenido una idea.
La vi tomar violentamente su bolso y sacar lo que parecía un inhalador, para luego agitarlo y ponerlo en mi boca, jalando el gatillo, pude sentir el sabor del medicamento, inevitablemente aspire este y milagrosamente comencé a sentirme mejor.
La mire un tanto enojada, no sabía que me había echo.
—¿Seguro está bien Señorita Greta?—Al escuchar la voz del taxista, este volteo por unos segundos para mirarme directamente y ya no por el retrovisor.
—Si, no se preocupe, son sus ataques de asma, estará bien—Su explicación me dejo descolocada en mi lugar.
"Yo no estoy enferma"
Pensé, mirándola con el ceño fruncido, la vi suspirar y tocó mi entrecejo con una pequeña sonrisa.
—Ya quita esa cara, sé que no te gusta usar tu inhalador, no te enojes con tu hermana—pidió ella, tratándome como a una niña.
—Tengo 21 años—conteste como reproche, era lo único que podía decir ante la desconocida situación en la que me enfrentaba en ese momento, ella rio y asintio, aligerando el ambiente.
—Si, lo se, lo siento—Su sonrisa era linda y en ello, la realidad me callo como un balde de agua fría.
"No me digas que entre a la mugrosa película"
Implore mentalmente, mientras sentía mi corazón latir con fuerza en mi pecho, mi cabeza era invadida por recuerdos no míos y lloriquee mentalmente por esto, la hermana menor con asma de Greta.
