Capítulo 8 - Viaje familiar

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Dominic termina de subir las maletas y me acomodo al lado de la silla de la pequeña Victoria. Sofía me ofrece de las gomitas que come y yo las acepto con una sonrisa.

–¿Has ido alguna vez? –me pregunta Emily desde el asiento del copiloto.

–No, la verdad he viajado muy poco dentro de España —confieso.

–Pues te va a encantar —comenta emocionada—. Las vistas son preciosas y el lugar transmite una paz increíble.

Dominic entra por fin al coche poniendo en marcha nuestro viaje.

–Vale, familia serán 2 h y 36 min como muestra el gps —comenta ajustando su cinturón— Si alguna se siente mareada o quiere ir al baño por favor avisar.

Así empieza nuestro viaje, con bromas de Dominic cada 5 segundos, Emily aplaudiendo la gran facilidad que tiene su esposo para hacerla reír. La pequeña Sofía intentando jugar conmigo al "veo,veo" y Victoria entretenida mirándonos. Son una familia con suerte.

                                             ***

Tras algunas paradas las niñas y Emily se han quedado dormidas, mientras que yo me he quedado mirando por la ventana.

–¿Por qué no duermes un poco también? –pregunta Dominic mirando por el retrovisor.

–Estoy bien, es divertido ver el paisaje.

–Bueno, de todas maneras ya queda media hora para llegar.

–Vale.

Me alegra mucho que desde el primer momento Emily haya comprendido nuestra amistad y nuestra relación de negocios. Permitiendo que podamos hacer este tipo de viajes y además Dominic pueda socorrerme o estar siempre en mi casa sin que hayan malos entendidos. Claro todo esto en base a que siempre ha habido un respeto mutuo de ambas partes. Tenían razón aun no llegamos y las vistas son espectaculares, me parecen escenas sacadas de una película. Estoy segura que podré hallar más que inspiración.

   

                                            ***

Siento como me sacuden y tras abrir los ojos me encuentro con la mirada de Dominic.

–Creí que no tenías sueños –murmura con una sonrisa.

–No sé en qué momento me he quedado dormida... –confieso estirándome un poco.

–Venga, hemos llegado.

Al salir del coche veo una hermosa casa rural frente a mí. Es bastante amplia, el jardín es una preciosidad lleno de flores. Además se puede escuchar un arroyo muy cerca. El día está nublado pero he de suponer que con el sol brillando en su máximo esplendor esto ha de resplandecer. Una brisa terriblemente fría me recuerda que no estoy abrigada para la ocasión y rodeo mi cuerpo con mis brazos mientras tiemblo un poco.

–Entremos, te vas a congelar –sugiere Dominic dándome empujones.

Gracias a la calefacción el ambiente dentro de la casa es pefectamente tolerable, aunque sigue siendo muy frio para mi gusto.

–Dominic enseñale su habitación a Iliana –comenta Emily mientras pone orden al equipaje.
Sigo a mi querido editor por las escaleras y ante mí abre una habitación digna de las películas basadas en épocas medievales. La decoración es muy interesante y no puedo evitar pensar en el morbo que me produciría follar en un lugar como este. En la alfombra peluda frente a la chimenea o en el pequeño asiento al borde de la cama. Bajar toda la cortina que rodea la cama mientras lo único que alumbra la habitación es la débil luz de un par de velas encendidas, dando formas pornográficas a nuestras sombras.

El karma, el amor y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora