El Surgimiento de una Nueva Era

Capítulo 5: Senda de Sombras y Sonrisas

Hey! Nuevo cap, un dia interesante para Alastor y un evento ya clásico de mis fics se cumple. ¿Por cierto alguien noto que la portada cambio un poco? Antes de comenzar tengo que aclarar que obviamente las imágenes utilizadas No son mías y créditos a sus respectivos creadores.

****** = cambio de escena

Pov = punto de vista

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Pov Alastor

Alastor caminaba con pasos lentos pero seguros por las calles del infierno, retirando el cigarrillo negro con detalles dorados de su boca mientras observaba a su alrededor. Algunos demonios, al reconocerlo, abandonaban sus rutinas para huir despavoridos.

Finalmente, los rumores de su regreso dejaron de ser meras habladurías; ahora, con cada paso que daba, esos rumores se transformaban en realidad palpable, algo tangible que inspiraba terror en los corazones de aquellos que lo veían. Incluso con su nuevo atuendo, el cual ya había decidido que sería su estilo habitual, lo identificaban rápidamente.

Pensó brevemente en las encantadoras Clara y Odette, preguntándose si les alegraría saber que había adoptado su regalo con tanto entusiasmo.

Exhaló el humo rojo de su infernal Bliss, esa droga que él mismo había permitido que su organización, Abyss, comercializara. Era un hábito insignificante, fumar aquella sustancia que no le provocaba absolutamente nada. Ni efectos relajantes ni embriagadores, pero aún así, seguía haciéndolo. "Simplemente algo que pasa" pensó. Era como cuando alguien jugueteaba con sus dedos por aburrimiento; insignificante y sin propósito.

Mientras continuaba su paseo, su mente vagó hacia un incidente reciente que, si era honesto consigo mismo, le interesaba mucho más de lo que debía. Había permitido que uno de sus encargados de la droga experimentara con una nueva variante.

Combinando en la receta la infernal Bliss, a la Fervor Ignis con una planta proveniente del círculo de la avaricia: Scintillare Vitae, una planta oscura y espinosa que solo crecía en las sombras de avaricia alimentada por la codicia desmedida de poder. Aquella planta tenía propiedades codiciadas, conocidas por amplificar los deseos y necesidades más primarios de quien la consumiera. Cuando la añadieron a la receta de la Bliss, el resultado fue... interesante.

El primer demonio que probó la nueva mezcla no se calmó como se esperaba. Al contrario, se volvió increíblemente agresivo, atacando a sus compañeros con una violencia brutal. Lo más fascinante fue el aumento de sus habilidades físicas; la droga lo había potenciado temporalmente, haciendo que sus golpes fueran más fuertes y su velocidad más letal.

La demostración de esa fuerza descontrolada terminó en tragedia, pues Alastor personalmente eliminó al sujeto después de que su frenesí destructivo se volviera incontrolable. Pero la idea estaba ahí: una droga que pudiera potenciar a los demonios, aunque fuera de manera temporal, sería una herramienta increíblemente valiosa. Si lograban perfeccionar la fórmula, podría tener un as bajo la manga, una ventaja en situaciones donde el poder que a su disposición no sea suficiente.

Y si lograba convertir ese efecto en algo permanente, bueno... sería otra forma de adquirir poder. Una tentación que nunca rechazaría.

Caminando por las calles del círculo de ciudad pentagrama, donde las actividades diarias siempre parecían deslizarse con un furor casi palpable, Alastor no podía evitar reflexionar sobre los últimos días.

Habían pasado solo un par de días desde su inusual día de convivencia con Carmilla y sus hijas. Un día que, si bien resultó ser más agradable de lo que habría admitido, también le dejó una sensación extraña. Ese día en la pista de hielo, la conversación profunda con Carmilla y el divertido caos con Clara y Odette... todo había despertado algo en él, una curiosidad que no estaba seguro de si le gustaba.