El Surgimiento de una Nueva Era

Capitulo 9: Cálidas Luces en el Abismo del Corazón

¡Hey! solo voy a decir que vivan los momentos padre e hijas. Antes de comenzar tengo que aclarar que obviamente las imágenes utilizadas No son mías y créditos a sus respectivos creadores.

****** = cambio de escena

Pov = punto de vista

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Pov Alastor

Han pasado unos cuantos días desde el incidente con las exterminadoras, pero el eco de lo sucedido aún resonaba en la mente de Alastor. Estaba sentado en su nueva y opulenta oficina ubicada en el ahora ex-castillo Von Eldritch , una habitación llena de objetos antiguos, recuerdos de épocas pasadas, y sin embargo, lo que dominaba el espacio ahora era una densa sensación de malestar que él mismo irradiaba.

Frente a él había un grupo de pecadores, un demonio, anteriormente leal a los Von Eldritch, gesticulaba frenéticamente, quejándose con voz aguda sobre las pérdidas sufridas por la caída de Helsa y Seviathan. Pero Alastor no lo escuchaba. Su mente vagaba muy lejos de esa conversación trivial. Cada palabra que salía de los labios del demonio se convertía en un eco distante, distorsionado, apenas un murmullo entre el caos que llenaba su cabeza.

"¿Por qué me afecta tanto?" pensaba mientras sentía cómo su mandíbula se tensaba hasta doler. El incidente con Carmilla en la cita había dejado una herida abierta, una herida emocional que no podía controlar, que no debería existir. Él no era alguien que sucumbiera a ese tipo de distracciones. Todo en su vida había sido meticulosamente planeado. Pero esa noche, con ella, algo había salido mal. Algo se había quebrado.

"No debería importarme... no debería molestarme... pero lo hace" La contradicción lo ahogaba. Sabía que cada uno de esos sentimientos era una amenaza, una distracción que lo debilitaba, y lo que más lo enfurecía era que no podía escapar de esa tormenta interna.

El demonio seguía parloteando, pero su voz se desvanecía más y más, hasta volverse completamente irrelevante. El sonido de sus propias emociones había ahogado todo lo demás, como un maremoto que lo envolvía en una oscuridad sofocante.

Lilith.

El nombre se filtró en su mente como veneno. Las imágenes de su tiempo bajo el control de Lilith comenzaron a emerger, sombrías y dolorosas. Las torturas que había sufrido en el Cielo, en las manos de la reina, eran recuerdos oscuros que no podía ni quería olvidar. Eran el combustible que mantenía viva su sed de venganza. Podía sentir de nuevo las cadenas celestiales, frías y crueles, quemando su piel mientras se cerraban alrededor de sus muñecas. Los ganchos de acero angelical desgarrando su carne una y otra vez, con precisión calculada, todo bajo el sonido de la risa cruel de Lilith resonando en sus oídos.

"Nunca fue suficiente para ella..." Su mente repetía las palabras como si las garras del pasado se aferraran a su cordura. Cada minuto bajo su control había sido un recordatorio de su impotencia, de su humillación. Lo había dejado quebrado, y él había reconstruido su vida a partir de ese abismo con un único objetivo: venganza.

Pero ahora, esa misma motivación parecía desmoronarse bajo el peso de algo mucho más débil... mucho más humano.

"No necesito a nadie," se decía una y otra vez, como si al repetirlo pudiera hacer que fuera cierto. "No necesito a Carmilla, no necesito esas molestas emociones... todo es una distracción." Lo había logrado todo sin depender de nadie, ¿por qué debería ser diferente ahora? ¿Por qué ella lo perturbaba tanto? El miedo de ser vulnerable de nuevo lo golpeaba como un cuchillo afilado. Porque eso era lo que temía, ¿no? Abrirse, exponerse al dolor otra vez. Si dejaba que Carmilla se acercara, si dejaba que esas emociones lo dominaran, ¿no lo volverían a destruir?