Después de todo lo de la semana, al fin Dani y yo estamos bien. Nada se ha vuelto a interponer entre nosotros esta semana. Pero hoy, algo tenía que pasar, no podía estar tranquila...
Esta mañana, a las 11:00, la hora del recreo.
Estaba con Natalia y Lucía, otra compañera de clase, en el recreo. Íbamos de camino al baño, y nos hemos encontrado a Luis, con dos amigos suyos.
Desde la semana pasada no he vuelto a hablar con Luis, ni nos sentamos juntos ya en clase de Francés. Pensé que era mejor dejar este tema atrás.
Pero parece que él no opinaba lo mismo.
-Hola Martina, ¿podemos hablar un momento? -vi en sus ojos que era sincero, pero...-¿Realmente piensas que tenemos que hablar de algo, Luis? Creo que es mejor dejar las cosas como están.-vi en sus ojos como no le gustó para nada mi contestación, y en seguida soltó la bomba.-Creo que te quiero, Martina.No sabia qué hacer, me quedé en blanco, sí que había notado que Luis últimamente me miraba mucho más, pero pensaba que era por lo que había pasado, lo veía normal dentro de la situación.
Supongo que, mientras yo pensaba en la bomba que acaba de soltar y eso; Luis vio que no era capaz de mirarle a los ojos y decidió dar él el paso.
Me miró a los ojos, giró su cabeza hacia la mía y me agarro por la cintura. Me besó con todas sus fuerzas, contra esa maldita pared del pasillo. Maldita la hora.
Intenté quitarme y separarme de Luis, pero era imposible, me tenía agarrada de la cintura y al final tuve que pegarle una bofetada, pero era consciente de que estuvimos besándonos un buen rato y no fue el beso en si lo que me disgustaba...;¿qué coño se me estaba pasando por la cabeza?. Eso era lo menos importante. Me puse seria, y después de abofetearle:
-Luis, no vuelvas a hacer eso nunca más en tu vida. Nunca.
Cuando me quise dar la vuelta y giré la cabeza, estaban ahí. Dani y Jesús, y algo dentro de mi sabia que lo habían visto todo.
Vi la rabia en los ojos de Dani, y me supliqué a mi misma, por favor Martina, otra vez no.
Y mis suplicas funcionaron porque no pasó nada de lo que yo esperaba. Fue mucho peor a lo que yo imaginaba.Dani se acercó y pegó a Luis un puñetazo en la cara. Jamás en la vida le había visto así, ni me lo habría imaginado tan enfadado.
No pude evitar gritar con todas mis fuerzas mientras intentaba separarles.-¡PARA DANI POR FAVOR! ¡NO SIGAS! ¡No merece la pena! ¡PARA POR FAVOR! -pero no me hizo ningún caso. Miré a Jesús, muerta de miedo, necesitaba que viniera él también y me ayudara a separarles. Jesús, sujetó a Luis y yo sujeté a Dani con a penas fuerzas. Dani, al ver que no podía seguir dando a Luis, decidió decirle todo a la cara.
-No se te ocurra volver a acercarte a mi chica, Luis. Te estoy avisando y no vas a tener un segundo aviso. Como te vuelva a ver acercarte a ella... No sales vivo, tío.-Luis se limitó a reírse, para provocar a Dani, claro. Y se dio la vuelta dando un empujón a Jesús para que le soltara.
Yo no sabía que hacer, simplemente me limité a abrazar a Dani; abrazarle con todas mis fuerzas, pero no pude evitar sentir algo, lo llamaré curiosidad, pero no estoy para nada segura, por Luis. Tenía algo dentro. ¿Qué me estaba pasando? Si yo quiero a Dani, joder.
Olvídate, Martina. Sigue aquí con Dani que es donde tienes y quieres estar. Le miré a los ojos y le dije todo lo que había estado pensando durante esos minutos de pelea.-Dani, no me vuelvas a hacer esto.
Por favor, no más peleas. Se acabó con Luis, joder. Somos más fuertes que eso, no entres al trapo, nunca más,¿me lo prometes? No puedo ver como lo pasas mal.-Te lo prometo, Martina; todo para estar bien y contigo, mi niña.
Nos besamos profundamente, como hacia mucho rato que deseábamos hacerlo.
[...]
Después del recreo, volvimos a las clases. Y en el último cambio de clase, Paula volvió a decirme una de sus estupideces, y esta vez no pude evitar caer. -GORDA, deja de zampar y desaparece, jajajajaja.-no pude con esas palabras.
Paula siguió andando, ni siquiera se paró a mirar que había hecho yo; pero con todos mis problemas que nadie sabía, y que me pilló sensible, no pude quedarme ahí fingiendo indiferencia. Simplemente no pude.No pude evitarlo y salí corriendo hacia el baño. Noté como alguien venía detrás de mi. Esperaba con todas mis fuerzas que fuera Dani, porque realmente ahora necesitaba uno de sus abrazos más que nunca, pero no podía dejar que me viera así de frágil, joder.
Entre en un baño y me puse a llorar como una niña pequeña. Fuera, escuchaba a Dani gritando mi nombre, llamando a la puerta del baño. -¡MARTINA!,¡MARTINA!
Dani sabía que no podía entrar al baño, pero por mi le dio igual, abrió la puerta y forzó el pestillo del baño.
Ahí estaba yo, agachada, junto al retrete.-Dani, te lo pido por favor, vete. No quiero que me veas así. Vete.-en verdad, lo que estaba era débil y frágil. -No digas tonterías, estas preciosa hagas lo que hagas.-pero en seguida Dani se dio cuenta de que eso iba más allá de estar sentada por que sí en el suelo llorando.
Dani entendió mi enfermedad y se dio cuenta de que estaba sentada junto al retrete por lo que iba a hacer antes de que el entrara. Me vio y supo como era realmente. Vio a la verdadera Martina. Me miró a los ojos.-¿Cómo no me has dicho nada, Martina?.-mientras, me sujetaba el mechón de pelo que siempre se me caía cuando se me deshacía la coleta, tapándome el ojo derecho. Me miró fijamente.-Te habría ayudado, desde el primer momento, tonta.
No se que me pasó, esas palabras de Dani me llegaron muy dentro. Me sentí genial con él y todo me dio igual.
-No quería que pensaras que era una loca o algo; lo he pasado muy mal y así arreglaba todo antes, y cuando vuelvo a esa época...-no pude decir más y rompí a llorar.
Dani me miraba y se le notaba que se sentía súper mal, no sabia que hacer y sé que no soportaba verme así...
Entonces, me besó.
Y yo le besé Dani con todo mi amor. Era lo mejor que pudo hacer en ese momento.
Y fue ahí, en aquel baño del instituto, donde nos dejamos llevar realmente por la pasión que sentimos el uno por el otro.
Nuestros cuerpos se juntaron y nos amamos locamente como siempre habíamos deseado. Sin dudas. Sin terceras personas. Solos él y yo. Era suya. Nunca había tenido ese deseo por nadie hasta que apareció Dani.Me entregué a él.
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Te volvería a elegir mil veces más.
RomanceAbandono Burgos. Mi ciudad natal. Mis padres se dan un tiempo y yo me mudo con mamá a la capital. Tengo miedo, estoy cagada. No se que me espera allí, no conozco a nadie y temo no integrarme bien o lo que sea. Soy una soñadora de nacimiento, y una...