Cry deslizó la mirada por los hombros desnudos de Alessia, siguiendo el contorno de su cuerpo hasta llegar a su cintura, donde sus pensamientos lo hicieron detenerse. Se obligó a desviar la mente, recordando todas las veces que había dicho en sus streams que jamás saldría con alguien del medio. Sonrió con ironía al recordar el día en que descubrió que su novia era actriz, y no solo eso, hija de un famoso actor de los 90. No lo sabía antes porque, al ser de otro continente, ese mundo le era completamente ajeno, y a pesar de que su madre era fan de las telenovelas mexicanas, él nunca les había prestado atención.
Se enteró de la profesión de Alessia gracias a un clip de 30 segundos de una serie de Netflix sobre unos niños ricos siendo extorsionados por un hacker, básicamente. Intrigado, buscó la serie en la plataforma y, sin esperar más, le hizo una videollamada a Alessia. Cuando ella contestó, Cry ya estaba señalando la pantalla de su televisor, con el episodio en pausa, y repitiendo varias veces: "¡Eres tú!".
Ahora, ya no le importaba si Alessia pertenecía al medio. Lo único que quería era gritarle al mundo cuánto la querían, pero también sabía que tenía que protegerla.
Sabía que habían tomado la decisión juntos, pero no podía evitar sentirse responsable. ¿La había empujado demasiado rápido? ¿La había arrastrado hacia algo para lo que aún no estaba preparada? Se sentía incapaz de protegerla, de ser el refugio que ella necesitaba. Y mientras estos pensamientos lo atormentaban, la inseguridad crecía como una sombra. Alessia era lo que él deseaba, pero la duda lo devoraba: ¿sería él suficiente para ella, para su vida tan distinta, para soportar lo que implicaba estar juntos?
Los comentarios no tardaron en llegar, llenos de malicia y falsas suposiciones. Tacharon a Alessia de buscar fama, de colgarse de Cry para ganar notoriedad, y a Cry de aprovecharse de Yeri. Pero todos estaban equivocados, y eso no le molestó tanto como lo hizo el mensaje de su amiga, dirigido hacia Alessia.
Mientras Alessia se arreglaba frente al espejo, le había pedido a Cry que no fuera tan duro con Yeri. "La entiendo", le había dicho con una serenidad que lo desarmó. "A veces las chicas enamoradas también se equivocan". Cry se quedó sin palabras, sin saber cómo reaccionar. En lugar de responder, se dejó caer sobre la cama, hundiéndose en un silencio incómodo. Las palabras de Alessia resonaban en su mente, chocando con la frustración que él llevaba acumulando. ¿Cómo podía ser tan comprensiva, tan indulgente, después de todo lo que había pasado?
Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente cuando Alessia rompió el silencio.
— Voy a ver a Mar a las 12. Me llevaré el sirio para que no me mate — dijo, con una sonrisa tranquila, sacándolo de su ensimismamiento.
Cry la miró, confundido. ¿Cómo podía mantener esa calma, esa sonrisa, cuando la prensa acababa de atacarla tan cruelmente? No solo habían insinuado que se aprovechaba de su relación con él, sino que también se habían atrevido a decirle, textualmente, " ¿Tu padre no te dejó suficientes palancas antes de morir? "
Ese comentario le ardía más a él que a Alessia, quién, a pesar de estar dispuesta a hablar abiertamente sobre su relación con Cry, había recibido un golpe bajo sobre la muerte de su padre, algo que nadie debería tener que soportar. Y sin embargo, ahí estaba ella, serena, tranquila, como si esos comentarios no hubieran tocado sus heridas más profundas.
Él se sentía más inseguro que nunca. No solo por la relación, sino por su propia capacidad de protegerla. Alessia no merecía los ataques ni los comentarios crueles, y él no sabía si estaba siendo el soporte que ella realmente necesitaba o si, en su intento de querer cuidarla, la estaba exponiendo a un dolor más profundo.
— Less... —murmuró, incapaz de contener las palabras que se le escapaban de los labios —. ¿Alguna vez has pensado que estarías mejor sin mí?
Cry se quedó inmóvil, sintiendo el peso de las palabras que acababa de pronunciar. No sabía de dónde habían salido, pero ahí estaban, desnudas y vulnerables, flotando en el aire entre ellos. Alessia, hasta ese momento había mantenido una sonrisa tranquila, dejó que su expresión se endureciera, como si las palabras la hubieran tocado de una manera que él no había anticipado.
— ¿Por qué me preguntas eso? — respondió ella, sin levantar la voz, pero con una seriedad que hizo que el ambiente cambiara por completo.
Cry se sentó en la cama, frotándose las manos como si quisiera encontrar una respuesta en ellas. Sus pensamientos estaban enredados, una maraña de inseguridades que no sabía cómo desenredar.
— Es solo que... — empezó a decir, pero las palabras se le atascaban en la garganta — No sé si te estoy haciendo más daño que bien. La prensa, los comentarios, las mentiras... Tú no lo pediste. No pediste estar en el centro de todo esto, y sin embargo, aquí estás
Alessia lo miraba fijamente, sus ojos buscando algo en los de él, tratando de entender de dónde venía esa duda, esa inseguridad que parecía estar carcomiéndolo.
— ¿De verdad piensas que estar con otra persona lo haría más fácil? — preguntó, cruzando los brazos con suavidad, como protegiéndose de algo invisible — Si estoy lidiando con todo esto, es porque tú vales la pena.
Él sintió un nudo en el estómago. Quería creerle, pero la duda seguía allí, persistente, alimentada por los ataques, los titulares, los comentarios crueles. Sabía que Alessia era fuerte, pero no podía dejar de preguntarse si estaba poniendo demasiada presión sobre ella, si la estaba obligando a lidiar con una carga que no le correspondía.
— Pero todo lo que te están diciendo, lo de tu padre... — murmuró, bajando la mirada—. No sé cómo puedes soportarlo. Yo apenas puedo, y ni siquiera soy yo a quién están atacando.
Alessia suspiró y se sentó a su lado, apoyando una mano suave en su hombro.
— No es fácil, Cry —admitió, con una ternura que lo desarmó-. Claro que duele, y claro que me enfurece. Si la prensa quiere atacarme, lo harán, esté contigo o no. No podemos controlar lo que dicen, pero sí cómo reaccionamos. Y yo prefiero estar contigo en esto, a enfrentarlo sola
Cry tragó saliva, sintiendo el peso de su inseguridad aplastarlo un poco más. ¿Era suficiente con hacerla feliz? ¿Podía protegerla de todo lo que vendría, o simplemente la estaba exponiendo más?
— No quiero ser la razón de tu sufrimiento —dijo en voz baja.
— No lo eres — respondió Alessia, firme—. Y no me preguntes de nuevo si estaría mejor con alguien más, porque no es así. Estoy exactamente donde quiero estar
La sonrisa que había desaparecido poco a poco volvió a su rostro, pero esta vez era diferente, cargada de una determinación que hizo que Cry se sintiera un poco más ligero. Sin embargo, el nudo en su pecho seguía allí, recordándole que aún tenía mucho por resolver, empezando por una pelirroja.
— Te quiero, Ed —dijo Alessia, inclinándose para rozar sus labios con los de él. Ese beso, breve pero intenso, calmó momentáneamente el caos en su interior. El sabor a cereza de sus labios tenía ese poder, como si con un gesto simple pudiera aliviar todos sus problemas — Llámame si aún te sientes ansioso, encontraré una forma de tranquilizarte
Ella se levantó, dispuesta a irse, pero la mano de Cry la detuvo suavemente por la cintura. Le pidió un último beso antes de que se marchara, y Alessia, sonriendo, no se lo negó - Me gusta esta forma Lo abrazó una vez más, inhalando el olor a menta antes de dejarlo solo en el departamento.
Minutos después, Cry se levantó de la cama y, con una mezcla de decisión y resignación, salió rumbo al departamento de Yeri. Quizás, esta sería la última vez que tendrían un Crymua.
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Holaaaaaaa, aquí un nuevo capítulo. ¿Que opinan? ¿La inseguridad de Cry? ¿Qué sucede con Alessia?
Ojalá puedan poner en comentarios que les parece, ¡nos leemos pronto! 🫂
