**Anya**
El lunes había llegado en un parpadeo, Anya no había dormido bien todo ese fin de semana. La pesadez de sus pensamientos y recuerdos la atormentaban, pero lo peor era que desde que se había abierto a Becky, ella la trataba como si se fuera a romper en cualquier momento.
—¡Maestra, es usted genial! —La voz de uno de sus pequeños alumnos la sacó de sus pensamientos.
Anya volteó y sonrió al ver a sus alumnos, que la observaban con ojos brillantes de emoción. Ese día estaban ensayando para una obra de teatro en la que varios profesores de arte estaban involucrados. Anya aceptó participar con entusiasmo, recordando aquellos días en los que Loid, Yor y "chinitos" (como solía llamarle en su mente) la hacían sentir parte de algo más grande.
—Maestra, ¡su villano es increíble! —exclamó uno de los niños, impresionado por la precisión de los movimientos de Anya.
Ella rio suavemente, complacida por la reacción de sus alumnos. Interpretaba al villano en la obra, y aunque había sido algo que jamás habría imaginado hacer, se divertía mucho más de lo que esperaba. Sus movimientos, pulidos por años de práctica en distintos aspectos de su vida, eran tan fluidos que todos quedaban maravillados.
—Deberías unirte al club de teatro, Anya —le sugirió Will, uno de los profesores de música, mientras observaba el ensayo con una sonrisa.
Anya negó con la cabeza, riendo con más soltura de lo que había hecho en mucho tiempo.
—Soy un poco torpe para memorizar diálogos, así que no creo ser de mucha ayuda —contestó entre risas, disfrutando de la ligereza del ambiente. Estar rodeada de esa energía infantil y creativa le hacía mucho bien, y por unos momentos, logró olvidarse de sus preocupaciones.
Sin embargo, algo dentro de ella sabía que aquella paz no duraría mucho tiempo.
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**Damian**
Mientras tanto, en otra parte del instituto, Damian repasaba mentalmente los comentarios que había escuchado desde su regreso. Algunos de ellos no habían sido de su agrado.
—No puedo creer que esa "fea" se convirtiera en alguien tan atractiva —comentó Emile con despreocupación, mientras dejaba algunos libros en la mesa frente a Damian y Ewen.
El comentario no tardó en incomodar a Damian, quien lo miró con ojos entrecerrados. Emile, notando la tensión en su amigo, tragó saliva y decidió no seguir con ese tema. Ewen, quien había percibido el malestar de Damian, intentó desviar la conversación.
—La segunda ronda del torneo de tenis es en unos días, ¿seguirás compitiendo? —preguntó Ewen, intentando aliviar el ambiente.
Damian asintió, sin querer entrar en detalles sobre lo que sentía.
—Sí, los chicos me han estado pidiendo que continúe en el torneo. No puedo decepcionarlos —respondió Damian, haciendo un esfuerzo por mantener el tono neutral, pero su mente ya estaba en otro lugar.
El silencio que siguió fue incómodo, y Damian decidió que necesitaba un respiro.
—Tengo que hacer algo. Los veo después —dijo, levantándose de su asiento con rapidez. Se despidió de sus amigos con un leve gesto de la mano y salió del salón.
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**Narrador**
Damian caminó por los pasillos del instituto, absorto en sus pensamientos. A pesar de que había intentado convencerse de que Anya ya no era importante en su vida, algo en su interior se resistía a dejarla ir por completo. Su cabeza era un caos constante desde el reencuentro, y la forma en que Anya lo evitaba solo alimentaba más su frustración.
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Sombras del corazón
RomanceTras varios años de separación, Damian y Anya se reencuentran inesperadamente en un contexto donde los recuerdos, el dolor y las emociones no resueltas del pasado comienzan a salir a la superficie. Ambos guardan secretos que amenazan con destruir cu...