Capítulo 9

36 0 0
                                    

"El trabajo en equipo es una de las virtudes más elegantes que puede tener una comunidad", decía el perfecto Henry con su voz autoritaria mientras daba su discurso en el campamento del instituto Edén. La tarde caía, envolviendo el lugar en colores cálidos, con tonalidades naranjas y rojizas que adornaban el cielo y los árboles circundantes. El clima era suave, el aroma a madera mojada ascendía, llenando los pulmones de todos los presentes. Anya miraba el horizonte, disfrutando del ambiente, tratando de relajarse después de una semana abrumadora.

-Traje repelente de insectos -murmuró Becky, mientras sacaba un pequeño frasco de su mochila. Anya, que estaba a su lado, observó una marca rojiza en el cuello de su amiga.

-Becky, ¿qué es eso? -preguntó Anya, esbozando una sonrisa pícara mientras Becky se sonrojaba intensamente.

-¡Anya, cállate! -gritó Becky, agitando las manos con desesperación, intentando ocultar su vergüenza.

Anya no pudo contener la risa, mientras su amiga se removía incómoda.

-¡Forger, Blackbell, silencio! -ordenó el perfecto Henry, lanzando una mirada fulminante a las dos chicas. De inmediato, se quedaron en silencio, pero las miradas furtivas y las risas contenidas no se detuvieron.

En el otro extremo del grupo, Damian, Ewen y Emile observaban la escena con interés.

-Hay cosas que nunca cambian -comentó Damian en voz baja, esbozando una ligera mueca que apenas parecía una sonrisa.

Anya lo escuchó claramente, y por un segundo, el tiempo pareció detenerse. Aunque sus palabras no eran particularmente profundas, le provocaron una sensación de nostalgia. **"Hay cosas que nunca cambian"**, se repitió en su mente. Y sin saber exactamente por qué, una sonrisa se formó en sus labios, recordando tiempos más sencillos.

-Estarán a cargo de varias actividades por el día de hoy -continuó el perfecto Henry, ajustándose la chaqueta con una autoridad casi innecesaria-. Mañana regresaremos al instituto y tendremos una reunión para discutir lo que hemos aprendido aquí.

Becky susurró: -Pensé que sería un fin de semana completo.

-El clima ha estado bastante inestable -respondió Anya, mientras sacaba un pequeño paquete de manís de su bolsa-. Creo que es por seguridad.

El murmullo entre los profesores se extendía mientras la tarde seguía su curso. Con el paso de las horas, las actividades del campamento comenzaron a decaer, la noche se avecinaba, y llegó el momento de preparar la gran fogata. Los profesores se dividieron en grupos para recoger leña y preparar el sitio.

-Forger, Desmond -llamó el perfecto Henry-, vayan a recoger leña para la fogata. Hay un pequeño cobertizo al sur del campamento. Deberían encontrar suficiente madera ahí.

Anya y Damian se miraron por un instante. No dijeron nada, pero ambos sabían que estaban siendo emparejados intencionadamente. Becky lanzó una mirada de complicidad hacia Anya, pero no dijo nada.

-Vamos, terminemos rápido -dijo Damian en voz baja, caminando con dirección al cobertizo. Anya lo siguió en silencio, su cabeza llena de pensamientos confusos. Mientras ambos caminaban en dirección a la leña, el clima, que había sido cálido durante el día, comenzó a cambiar drásticamente. Nubes grises y pesadas aparecieron en el horizonte.

Cuando llegaron al cobertizo, el primer trueno resonó en la distancia.

-Parece que la tormenta está por llegar -comentó Damian, mirando el cielo con el ceño fruncido.

Anya asintió, comenzando a recoger la leña rápidamente. Pero apenas habían tomado unos pocos troncos cuando la lluvia comenzó a caer con fuerza, empapando todo a su paso en cuestión de minutos. La intensidad de la lluvia les impidió regresar al campamento.

Sombras del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora