PELEA OSO, ¡PELEA! (1/3)

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"Tengo un plan para quedarnos con el reino," declaró Aldan frente a los demás pretendientes. Al principio, su afirmación fue recibida con miradas desconfiadas y murmullos. Luego, la sala se llenó de risas burlonas.

"¿En serio crees que te vamos a dejar tomar el trono tú solo?" soltó uno de ellos, con una sonrisa arrogante. "Aquí todos tenemos el mismo objetivo, y ninguno piensa ceder."

Aldan dejó que se rieran. Con calma, esperó a que el bullicio se extinguiera.

"Lo sé. Pero, ¿cuántos de ustedes tienen un plan que realmente funcione?" preguntó, su voz suave pero cargada de intención. El silencio que siguió fue casi tangible.

"Escuchen, todos ustedes han intentado acercarse a Yin y lo único que consiguen es que refuerce la seguridad y se cierre más. Si seguimos como hasta ahora, perderemos antes de empezar," continuó Aldan, alzando ligeramente el mentón. "Pero si unimos nuestras fuerzas en lugar de competir como tontos, llegaremos a un lado."

Uno de los pretendientes, un hombre corpulento de semblante severo, lo miró con desdén. "¿Y qué sugieres exactamente? ¿Que te sigamos como ovejas y te hagamos rey a ti?"

"¿Y después qué?" preguntó una mujer de cabellos oscuros y mirada afilada. "¿Qué nos garantiza que no nos traicionarás apenas consigas lo que quieres?"

"Porque en este plan, todos ganamos," replicó Aldan, con una seriedad que sorprendió incluso a los más desconfiados. "El trono será mío, claro... pero las posiciones de poder y la riqueza se repartirán. Sería un reparto justo entre todos los que colaboren."

Los pretendientes se miraron entre ellos, sopesando la oferta. Aldan dio un paso atrás y dejó que la tensión trabajara a su favor.

Finalmente, el hombre corpulento habló, con un tono grave. "¿Y cuál es exactamente tu plan?"

"¿Alguna vez han oído hablar de Giver?" comenzó Aldan, su tono casi casual. "Es bastante conocido en el bajo mundo, un proveedor de aquello que pocos encuentran pero muchos matarían por tener... la felicidad." Hizo una pausa, observando a cada uno de los pretendientes, saboreando el suspenso, antes de mostrar una sonrisa amplia. "Le pagué por algo que nos garantizará esa felicidad que tanto anhelamos. Llegará en una semana. Cuando lo tengamos, pondremos todo en marcha. El plan es simple..."

La siguiente semana mientras Michael entrenaba solo en el patio, Débora y otros pretendientes se acercaron, lanzando provocaciones veladas. Fue cuestión de tiempo antes de que la tensión explotara y Michael se viera envuelto en una pelea violenta con Débora.

"Débora incitará la pelea y se encargará de romperle unos cuantos huesos a ese mocoso," había explicado Aldan a los demás días atrás. "Cuando la situación parezca haberse salido de control, ustedes me enviarán la señal."

Y así fue. Aldan irrumpió en escena en el momento justo, como el caballero salvador de una novela, alejando a Débora con una fachada de indignación y extendiendo su mano a Michael, quien yacía en el suelo. Lo acompaño a con Yin, quien esperaba ansioso, claramente preocupado.

"Fingiré ser su aliado," había detallado Aldan en su plan, "usando eso para acercarme a Yin y ganarme su confianza."

Tal como había previsto, su relación con Yin se volvió más cercana. Adal acompañaba a Yin a todos lados, compartiendo paseos y confidencias. Pasaban las tardes juntos, organizando pequeñas meriendas o conversando en los jardines. Y fue entonces cuando Aldan comenzó a mezclar en su comida el ingrediente que le había proporcionado Giver.

"El líquido que obtuve tiene un efecto peculiar, aumenta la dopamina, relaja la mente... y te hace olvidar. La persona que lo consume pierde la noción del tiempo y sus inhibiciones se desvanecen." Había explicado Aldan con satisfacción en las reuniones secretas.

Polluelos / ASL ONE PIECE FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora