"¿Que es lo que me pasa, madre?".. Cada palabra decía que estaba conectada a sus sueños, un momento del que no podía escapar, distorsionado, encontrando, tratando de alejarse de su realidad.
Todo en esta vida tiene un propósito, un pasado y un futuro dentro de cada uno. Memorias borrosas que no recordamos o las vemos como un deja vu, algo engañoso que no sabes si es real. Vidas pasadas dentro de alguien, el reciclaje de un alma con el mismo camino. Aquel chico de cabello flamante y tímido era uno de los pocos que podía tener visiones de su vida pasada dentro de sus sueños. Nunca supo que eso era lo que pasaba, Tampoco entendía sus sueños, eran distorsionados, siempre en alerta, como si le estuvieran advirtiendo algo. Pero al final no podrá hacer nada para evitarlo.
"¿Qué eres? O más bien... ¿Quién eres?" Eso resonaba en su cabeza cada vez que podía, o bien simplemente llegaba sin avisar. Era un tic de no saber quién era en ese momento. A veces los sueños se veían tan reales que no podía soportarlo, y más porque no tenía a nadie a quien contárselos.
Apenas conocía a su madre o recordaba fragmentos de ella. Sabía que recordarlo lo hacía sentirse triste, pero no podía bloquear esos recuerdos porque su hermano realmente le afectó la pérdida de esa familia; era el equilibrio de lo que eran o fueron dentro de él. Había momentos en los que ni siquiera sabía cómo sentirse por lo que pasaba en su vida. Todo era incógnita, desconocido, sin camino ni forma en ese momento; era joven. Aún tenía futuro, pero eso nadie lo podía garantizar. Nadie sabe qué pasará en el futuro... solo rastros del pasado que, sin querer, te arrastran lentamente al mismo destino.
Su familia se desmoronó después de aquella pérdida. Realmente deseaba tener a su madre a su lado en ese momento. Habían pasado aproximadamente seis años desde su muerte, pero todavía no podía olvidar cómo ese golpe afectó tanto; era muy pequeño para asimilarlo. Su padre estuvo sin hablarles durante un año entero, lo que lo hizo aún más horrible. Se había sumergido en el alcoholismo extremo, pidiendo botellas a cada rato. Se sentía atrapado en un bucle, sin salida, sin propósito, sin algo que pudiera sentir que duraría para siempre con amor y que no quería que acabara nunca.
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Estaba a mitad de vacaciones, si era sincero las odiaba y más porque pasaba todo el día en casa atendiendo a su padre, día, noche, madrugada y más.. tan solo si pudiera tener un momento de tranquilidad consigo mismo.
Agarro sus lápiz y empezó a responder algunas preguntas dentro de su estudio diario, pues al menos quería ser bueno en el ámbito académico, nunca se considero bueno en algo. Siempre escuchaba "¡Eres inútil!" Todos los días, no importaba la hora, el momento y si no lo escuchaba era porque tenía auriculares puestos, era un escape a su realidad de lo que vivía.
A pesar de estar haciendo algo bueno escucho como su padre con furia le gritó desde su cuarto, apenas podía escuchar su voz ya que el se quedaba en el primer piso de su casa a estudiar, en un pequeño cuarto alejado de todo como un rincón que nadie conocía. Con los ojos cansados y llorosos dio un suspiro y dejo su estudio para atender a su padre.
Subió las escaleras con un miedo présente, estaba temblando un poco pero siempre se vio obligado a retener sus emociones, a no poder gritar, sentirse frustrado o incluso feliz. Se quedó viendo la puerta unos segundos decisivamente mirándola con atención y sus ojos estaban vacíos. Tocó tres veces exactas para luego hablar.
