Capítulo 8: El juez Condori

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La mañana siguiente a la inauguración de los colegios fue quizás la más importante para muchos en el pueblo. En la casa de los Huarcaya, Marlene debatía si lo mejor era perdonar a su marido o encararlo. Estaba a punto de tomar una decisión sin saber de la existencia de aquel papel que Margarita tenía en su cuarto y que había preferido no mostrarle para evitar que sufriera.

          —Ese castigo debe haberle enseñado algo —pensaba impaciente, caminando de un lado a otro aún en su habitación.

Había enviado a Juan a dormir al sofá del primer piso desde la noche anterior sin saber que esta acción le brindaría a su esposo la cuartada perfecta aquella mañana.

Juan no había dormido allí. A la media noche sigilosamente salió de su casa en dirección al Monte San Blas. Se encontraba a cuarenta y cinco minutos caminando desde la plaza de Huachukuray. No tenía la certeza de que Adelita asistiría, especialmente después de todo lo que había ocurrido cerca del final de la recepción en su casa. Sin embargo, tenía que ir y cerciorarse él mismo.

Juan llegó alrededor de la una de la madrugada y se refugió detrás de la misma enorme piedra en la que ya antes había esperado a Adelita. El lugar era estratégico, tenía una única entrada y estaba bien escondido. Adelita había escogido ese lugar diez años atrás para evitar que su padre la encontrara cuando por las tardes se desaparecía con Juan. Aquella madruga el tiempo continuaba pasando y Adelita no llegaba. Sin importar lo que sucediera, Juan sabía que tenía que irse un poco antes de que saliera el sol, de lo contrario Marlene se daría cuenta. Estaba sentado en el suelo esperando y cubierto con una manta gruesa a rayas de los hombros a los pies. Trataba de permanecer tranquilo a pesar del fuerte bombeo que sentía en el pecho.

Cuando Adelita apareció eran ya las tres de la madrugada. Había tardado dos horas en tomar una decisión y para ese entonces Juan se había quedado dormido. Pensó en irse sin decir nada y quizás esa hubiera sido la mejor forma de terminar con todo, pero aquello que le había obligado a caminar por un poco más de cuarenta y cinco minutos en medio de tanto frío, fue más fuerte que ella.

Aquella madrugada, Juan olvidó que estaba casado y regresó un poco más tarde de lo que esperaba. No pudo evitarlo. Había estado frente a una joven mujer que, en el lapso de diez años, no había hecho otra cosa más que esperarlo. Cuando llegó a casa, Marlene ya estaba sirviendo el desayuno. Josefina, Ana y Angie actuaban como si nada hubiera pasado, pero Margarita se le quedó mirando. Sabía dónde había estado y con quién, pero no entendía por qué su padre lo hacía. En la mesa también se encontraban Marieta y Bonifacio, pero como siempre solo se limitaban a observar sin decir nada. Marlene terminó de servir el desayuno y se sentó al lado de Juan. Había preferido olvidarlo todo y ni siquiera le preguntó dónde había estado. Sin embargo, Juan sentía que tenía que decir algo. Su sentimiento de culpa y orgullo no lo dejaban en paz y mientras tomaba una pieza de pan pensaba en una excusa que pudiera salvarlo.

          —Salí a caminar por el pueblo —dijo mientras miraba a Marlene—. Ahora que soy alcalde tengo que estar al pendiente de todo lo que pasa aquí.

          —No hace falta que aclares nada —respondió Marlene intentando esconder su enojo al escucharlo.

Margarita se encontraba furiosa. Sabía que era imposible que Marlene se creyera eso. Pensó en mostrarle aquel papel que había tomado de las manos de la misma Adelita el día anterior, pero prefirió no hacerlo. Sabía que su madre tendría suficientes problemas tratando de desmentir todos los chismes que para estas horas debían de estar corriendo de boca en boca en la panadería de Sandra.

Al lado de Henryk también se respiraba una atmósfera igual de tensa. Me había recogido muy temprano de la plaza del pueblo. Mientras manejaba pude sentirlo más silencioso que en otras oportunidades. Cuando llegamos a su casa fue a su oficina directamente y volvió con un sobre amarillo.

Huachukuray (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora