Door

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—¿Suspendido, Alexander? —entrando en casa, Stiles no puede contener la molestia en su voz.

—No fue mi culpa. —su segundo hijo entró detrás de él.

—¿Y cómo el chico se rompió la nariz? —deteniendose para girar y enfrentar a su hijo, Stiles lleva un ceño fruncido que demuestra mucho de lo enfadado que está. Había tenido que pedir el resto del día porque si hijo más problemático había querido hacer honor a ese pensamiento colectivo que tenía la familia sobre él. El director de la escuela lo había llamado para que fuera por él porque había sido suspendido ¡Suspendido por agresión a un compañero!

—Se golpeó por su cuenta con mi libro. —sin tomarle importancia a la suspención o la reacción de su padre, Alexander se encoge de hombros mientras demuestra con una expresión desinteresada, lo poco que piensa en lo que hizo. Para su defensa, aquel chico se lo merecía. Había estado molestando (durante semanas) a una chica de su clase. Al comienzo no le prestó atención, pensó que sólo sería una broma o comentario de una sola vez, pero el chico siguió molestando a la pobre chica que tenía demasiado miedo para defenderse.

Entonces él lo hizo. Aunque no tenía ningún interés especial en su compañera, reconocía que era una persona amable que no había hecho nada para merecer ser tratada así. Había muchas cosas que a Alex le molestaban, un chico estúpido que se mete con la apariencia física de los demás era una de ellas. Había un pequeño héroe dentro de Alexander, quien siempre salía al rescate de aquellos que no podían defenderse.

—Para ser mi hijo, ni siquiera te esfuerzas por mentir. —bufando, Stiles deja caer sus hombros en un gesto sin ganas. —Me siento decepcionado.

—Como sea. —Alex no le toma importancia a las palabras de su padre, dándose media vuelta para dirigirse a la cocina por algo para comer. —Me tendrás aquí una semana. —dice. —¿No estás feliz?

—¿Feliz? —Stiles se detiene en la puerta de la cocina. —Estás castigado, ¿Tu estás feliz?

—No puedes castigarme. —Alexander se endereza para asomar la cabeza por detrás de la puerta de la nevera. —Soy tu hijo favorito. —sonríe con arrogancia antes de volver a buscar algo de comida.

—En este momento has sido degradado, ahora sólo quiero a Nolan. —esa semana, había sido el único en no causarle problemas. Aunque quizás no era justo con los demás, ya que Nolan ni siquiera estaba en la ciudad. Había empezado la universidad fuera de Beacon Hills.

—¿Cómo vas a castigarme? —mordiendo una manzana, Alex pasa de la nevera a recostarse de la encimera de la cocina, dándole una mirada desafiante a Stiles.

—Sin teléfono, sin laptop, sin televisión-

—No me importa nada de eso. —Alexander interrumpe a Stiles, quien frunce más el ceño, dirigiéndose a la isla de la cocina para buscar algo en las gavetas.

—Bien, ¿quieres actuar así? —pregunta. —Entonces también seré un cretino contigo. —Stiles decide, saliendo de la cocina con un martillo y un destornillador.

—¿Qué haces? —Alexander le sigue. —¿Mamá? —ve que sube a las habitaciones, deteniéndose frente a la puerta de su cuarto.

—Sin privacidad por una semana. —Stilinski dice, comenzando a sacar la puerta de su lugar. Si había algo que a Alexander realmente le importaba, era su privacidad. Sobretodo luego de que los gemelos aprendieron a caminar, siguiéndolo a todos lados como patitos. O luego de que Eli quisiera pasar más tiempo con él luego de que Nolan se fuera.

Alexander quería a sus hermanos, pero no los quería encima todo el tiempo, como que no entendían. Sin embargo, cuando se encerraba en su habitación, podía tener un poco de paz.

O.S 🌸 [sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora