Derek Hale conocía (teóricamente) lo que era el TDAH. Sin embargo, no sabe lo difícil que es lidiar con el o (a veces) entenderlo, hasta que Stiles llega a su vida.
Al comienzo es molesto, tan malditamente irritante que quiere arrancarle la cabeza a Stiles cada vez que está cerca siendo un insoportable adolescente que no parece saber cerrar la boca o quedarse quieto, mareandolo con su agobiante olor a medicina y ansiedad. Luego, acepta que no es su culpa ser todo el tiempo un dolor de cabeza incluso cuando está explicando por qué es un dolor de cabeza.
Stiles a sufrido con su TDAH desde que tiene memoria, causando accidentes que se le escapan de las manos, sintiendose culpable por todo el obvio malestar que sus padres y personas cercanas han demostrado hacia él. Y ha estado bien con eso durante mucho tiempo. O al menos, hasta que Derek llega a su vida.
Stiles siempre ha sabido que sus probabilidades de quedarse solo por el resto de su vida son altas debido a su TDAH, aceptando que es algo tedioso para muchas personas. Incluso con la medicina recetada, a veces es un desastre ansioso sin control, un caos nervioso que va de aquí para allá hablando más de lo que respira. Él está bien con eso. Sin embargo, cuando Derek pasa de ignorarlo a querer arrancarle la garganta con sus dientes, a "tolerarlo" y tomarlo en cuenta para confiar en él hasta que inesperadamente confiesa que se ha vuelto alguien importante en su vida y le gusta, Stiles vuelve a sentirse tan inseguro sobre sí mismo como la primera vez que se dio cuenta de que muchas cosas serían difíciles para él.
Porque... Él es... es un gran problema ¿bien? Lo sabe. Y Derek no es perfecto, ha pasado el tiempo suficiente con él para descubrir todas esas pequeñas cosas que le hacen Derek Hale, el gran lobo amargado que realmente es sólo un chico que ha pasado por demasiadas cosas. A Stiles le gusta Derek, le gusta muchísimo. Detrás de su apareciencia, de su actitud de pocos amigos y su habitual mal humor, la verdad es que resulta ser alguien práctico, amable, considerado y atento.
Y Stiles sabe que Derek se merece a alguien que realmente sea bueno para él. Ni siquiera entiende qué demonios está haciendo Derek Hale confesando que le gusta.
Stiles piensa que ha sido poseído por alguna nueva criatura o entidad en la ciudad, o que tiene algún problema mental que de repente a-
—Stiles. —sintiendo unas manos que le toman los brazos, Stiles Stilinski parpadea varias veces hasta que logra salir de sus pensamientos para ver a la persona frente a él. —¿Me escuchaste?
—Creo que no. —Stiles hace una mueca, sintiéndose tonto por no haber escuchado lo que sea que Derek le dijo luego de haberse confesado.
—Me gustas. —Hale repite, su corazón se acelera por la confesión, sintiéndose tan inquieto como avergonzado por estar haciendo eso. Stiles no es la primera persona en su vida de la que ha gustado, pero siempre se siente como un adolescente torpe cuando se trata de sentimientos.
—Oh... Eso... Si, escuché eso. —Stiles puede sentir su corazón palpitando con tanta fuerza que es posible salga de su pecho en cualquier momento.
—¿No vas a decir nada? —Derek ve a Stiles con un ceño fruncido, apretando sus labios en espera de al menos unas palabras sobre su confesión más que "Sí, escuché eso". —Sé que también te gusto. —Y bueno, eso a sonado completamente arrogante, pero es la verdad. Sólo se atrevió a confesarse porque podía oler que Stiles estaba sintiendo lo mismo que él. Había una mínima de posibilidad de que se estuviera equivocando, pero confiaba tanto en sus sentidos de hombre lobo tanto como confiaba en Stiles.
—¡Eso es- ! —Stiles se sobresalta ante la acusación, elevando el nivel de su voz en un tono demasido agudo, tan asustado por haber sido descubierto. Y piensa en negarlo, pero luego... —¿Es tan obvio? —entendía toda la cosa de los súper sentidos de los hombres lobo pero... pensó que lo estaba haciendo bastante bien para ocultarlo.
