Good Little Brother

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   Observando por la ventana de la sala de estar, Alexander Hale de cinco años, espera ansiosamente a que su padre llegue con su hermano mayor; Nolan, quien estaba en su primera práctica de básquetbol. Había descubierto que papá estuvo en el equipo de la preparatoria, así que decidió unirse al equipo Junior de Beacons Hills. Alex, por otro lado, había escogido el taekwondo y la natación.

—Alexander —Stiles pasa por la sala con la canasta de ropa sucia —Sabes que no puedes subir al sofá con los zapatos. —le recuerda a su pequeño cachorro, quien gruñe pero rápidamente obedece, sentándose para quitarse los zapatos. Se enreda un poco con los cordones, pero se niega a recibir ayuda.

—¿Por qué papi está tardando tanto? —Alex pregunta cuando finalmente se deshace de los nudos que él mismo hizo, lanzado los zapatos lejos, lo que se gana una mirada de desaprobación de Stiles. —¡Quiero que llegue rápido! —se vuelve a asomar por la ventana, ansioso. —Le mostrare a Nolan la galleta que pude comprar en la escuela por ahorrar. —dice con orgullo.

En la escuela de Alex había una máquina expendedora cerca de la oficina del directo, en una ocasión cuando fue enviado allí, vió algo que llamó su atención. Algo que quería mucho: un paquete de unas galletas que sólo se encontraban en pocas de esas máquinas. Stiles no se las quiso comprar porque eran una bomba de azúcar, pero aceptó que lo hiciera si él mismo la compraba. Y luego de varias tareas, logró reunir el dinero necesario.

—¿La compartirás con él? —Stiles se acerca para sentarse en el sofá, viendo atentamente a Alex, quien gira para mirarlo como si hubiera perdido la cabeza. Luego hace una mueca bastante graciosa que hace al adulto pensar en su esposo.

—¡No! —Alex responde con el ceño fruncido. —¡Es mía! —el paquete sólo traía una galleta. Era lo suficientemente grande para dos, pero eso no le importaba a un niño de cinco años que aún tenía ciertas dificultades para compartir. Más que nada si eran cosas que realmente le gustaban.

—Alex —Stiles está a punto de decir algo sobre su respuesta, cuando Alexander ve hacia la ventana y su mirada se enciende como la estrella en la punta del árbol de navidad.

—¡Ya llegaron! —el pequeño cachorro de rizos castaños salta del sofá para correr a la puerta, esperando por Stiles para que abra la puerta. En cuanto el adulto lo hace, Alex sale corriendo hasta el borde de las escaleras en el porche. Emocionado, espera con una gran sonrisa y el paquete de galleta en la mano para mostrar a Nolan. ¡Quería que le felicitara por haber ahorrado! Estaba esperando que le dijera cosas agradables.

Pero, en el momento en que Nolan baja del auto, Stiles nota que algo está mal. Su lindo hijo de diez años tiene una cara larga que advierte su estado.

Nolan sube las escaleras con un ceño fruncido, pasando de largo a Stiles y a Alex, quien de inmediato se ve sumamente decepcionado por haber sido ignorado.

Aunque no permite que eso lo afecte por mucho tiempo, corriendo detrás de Nolan.

—¿Qué tiene? —Stiles ve a Alex ir tras su hermano, quedandose para esperar a Derek, quien también tiene una mueca un poco triste.

—Un niño le ganó el puesto en el equipo principal por ser más alto.

...

—¿Nolan? —empujando la puerta para poder entrar en la habitación que comparten, Alex asoma primero su cabecita, ubicando a su hermano antes de entrar. El primer niño de Stiles y Derek está acostado en su cama, boca arriba con una expresión molesta en su rostro. —¿Estas triste? —el segundo bebé se acerca hasta apoyarse en el borde de la cama, intentando subir por su cuenta. Sin embargo, es Nolan quien lo ayuda, ambos sentándose. —¿Estas triste? —Alex vuelve a preguntar, recibiendo un asentimiento de su hermano mayor. A Alexander no le gustaba verlo así, pero no sabía qué decir para cambiar eso.

Entonces, le da una mirada a la galleta en su mano.

...

   Stiles está en la lavandería para terminar con la tarea que había empezado antes de que Derek y Nolan llegaran, cuando Alex aparece y se abraza a su pierna. Por un momento se extraña, dándole una curiosa mirada. —¿Qué pasa, Alex? —le pregunta a su hijo más pequeño. Tenía la idea de ir con Nolan una vez pusiera a lavar la ropa sucia, pero ahora había sido atrapado por un cachorro que oculta el rostro en su pierna.

—Le di mi galleta a Nolan. —Alexander susurra contra la pierna de Stiles, abrazandola con más fuerza.

—¿Por qué?

—Para que sonriera porque estaba triste —alzando finalmente la vista, Alex tiene el rostro ruborizado por el llanto que se avecina, su linda mirada cristalina es una obvia señal.

—Eso es tan lindo de tu parte —Stiles se agacha para quedar a la altura de Alex, tomando su hombro con una mano mientras acuna su rostro con la otra. La idea era aninarlo, pero el cachorro se abalanza hacia su padre para ser abrazado mientras llora. Stiles lo entiende, Alex había deseado tanto esa galleta, ni siquiera pensaba compartirla con su hermano, así que dársela completa había sido un gesto enorme. —Vamos, seguro la compartirá contigo. —Stiles acaricia la espalda de su hijo. —¿Por qué no vas a preguntarle?

Calmando a Alex, se anima rápidamente ante la posibilidad de recibir al menos un pedazo de galleta. Corriendo para regresar con su hermano, Stiles sonríe con cariño cuando lo ve irse, levantandose para terminar allí antes de ir con Nolan.

Cuando llega a la habitación, escucha risitas en medio de una conversación sencilla entre hermanos. Dando una mirada adentro, los encuentra a ambos con un trozo de galleta en sus manos. Nota de inmediato que Alex tiene el pedazo más grande, haciendo que sonria.

Por supuesto que los regaña por comer en la cama, pero lo hace sintiéndose orgulloso de sus dos hijos.

O.S 🌸 [sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora