capítulo 31

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Un mes después…

En España Mel últimamente no se sentía bien, era extraño, solo quería dormir y muchas veces tenía mucho apetito.

Luciano estaba sentado frente al jardín, estaba algo delgado y su cabello ya no estaba. Él tenía un jugo de frutas, Mel estaba llegando de la empresa, aunque ella moría por dormir se iba muy temprano al trabajo, ella era excelente al final Vallolet fue una buena mentora,  en pocos día Mel era muy difícil considerando que era la mujer del jefe, ella no dejaba pasar una.

—Buen día, ¿cómo te sientes? Amor te extrañé mucho el día de hoy.

Mel era muy dulce con Luciano,  este sonrió y estiró con suavidad la mano de ella, y provocó que cayera sobre sus piernas.

—¿Sabías que eres hermosa? No sabes la falta que me haces en las mañanas.

Luciano se quejó dejando un beso sobre los labios de ella, Mel estaba radiante tenía un brilló en sus ojos.

—Mm,  me encanta escucharlo de sus labios.

Ella dijo y volvió a unir sus labios.

—Vamos así te ayudo con esto.

Luciano James, estaba fascinado con ella y cualquier momento era especial y de mucho provecho, Mel con las hormonas alteradas y muy cachonda que se sentía, era algo diferente, pero que lo disfrutaba al máximo.

— Puede que yo no quiera.

Ella lo dijo por lo bajo, pero él con delicadeza fue hasta el centro,  corrió rápidamente la braga de la humedad de ella y la acarició.

—Mm,esto es evidencia de que deseas más que estos besos.

Ella se ruborizó ligeramente—Luciano, mi amor…

Él por primera vez desde que están solos escucho esa palabra—¿Qué me has dicho? Mel puedes repetirlo.

Ella desvió su mirada —Aaaah…

Era imposible,  Luciano no la dejaba hablar, esos círculos eran suaves y certeros, ella pedía la cordura con él, sus jadeos eran música para el oído de Luciano.

—Mi… aaah… amor.

Él besó a Mel y mordió ligeramente su labio inferior —Mjum, eres mia, solo mia Mel James.

La levantó en brazos y llevó hasta el despacho,  cualquier lugar era perfecto para ellos disfrutar de su amor.

Aunque Mel temía perder a Luciano, ella quería disfrutar de cada instante, así sea un mínimo beso, para ella era mágico, era lo que espero por mucho tiempo. Horas más tarde Mel y Luciano estaban por cebar sushi, pero Mel sintió náuseas, ella corrió al baño se puso de rodillas y dejó salir todo lo que tenía en su estómago,  Luciano corrió el cabello de Mel y la ayudó, después de eso no había dudas que en su vientre ya había un James.

—¿Qué quieres comer?

Luciano no quería que ella estuviera sin comer.

—Quiero una pizza con mucho queso.

Ella normalmente comía sushi, así que era
una señal.

—Mel mi vida, mande a traer unas pruebas de embarazo, aparte de las pizzas ábreme.

Ella está a asustada cuando Luciano salió para encargar

—Lu…

Ella habló pegada a la puerta del baño.

—Mjum,  dime hermosa.

—¿Sí estoy? Pero ¿qué va a pasar entre nosotros?

Luciano sonrió levemente limpiando sus lágrimas, era una esperanza, tener un hijo salvaría su vida, pero eso no cambiaría en nada su relación, él quería una vida con ella.

Tú mi dulce amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora