117 15 7
                                    

Mientras caminábamos por los pasillos del hospital, al lado de Zonic, no podía dejar de sentirme incómodo. Mi pecho latía frenéticamente, más rápido de lo que debería. Cada paso que daba parecía un esfuerzo descomunal. Podía sentir la mirada de Zonic sobre mí, fría y calculadora como siempre. Me estaba vigilando, como si fuera un simple prisionero bajo su control... y la verdad es que lo era.

Miles había estado en ese consultorio. Nunca me lo hubiera imaginado. Ese zorrito siempre me había odiado, y aunque el maldito de Zonic lo tenía de su lado, podía notar el desdén en su mirada cuando me observaba. Supongo que hay cosas que nunca cambian. Sin embargo, eso no era lo peor de todo.

A cada paso, un calor insoportable comenzaba a invadir mi cuerpo. Al principio, traté de ignorarlo, pero pronto era evidente que no podría hacerlo por mucho más tiempo. Mis piernas temblaban, y sentía cómo mi piel comenzaba a arder bajo la ropa. Era como si una ola de fuego subiera por mi pecho y recorriera cada rincón de mi cuerpo. No, no ahora..., pensé, sintiendo el pánico subir. Sabía exactamente lo que estaba ocurriendo, y era lo último que necesitaba.

Mi celo de omega había llegado, y yo no tenía las pastillas. ¡Maldita sea!

Justamente ahora, cuando menos podía permitirme mostrarme débil delante de Zonic. Lo peor de todo era que mi cuerpo me estaba traicionando. Sentía mi rostro sonrojarse, las mejillas ardiendo bajo el barbijo, y mi corazón martilleaba sin control. Apenas podía controlar mis respiraciones, y mucho menos los sonidos que se querían escapar de mi boca.

- "¡Vamos Scourge, concentrate, joder!" - me decía a mí mismo, pero el calor era abrumador. Casi no pude evitar taparme la boca para ahogar un gemido involuntario. Zonic me miraba, confundido. Podía sentirlo, su mirada pesaba sobre mí.

-¿Qué te pasa ahora? -preguntó, su tono lleno de irritación, pero con un toque de curiosidad.

No podía dejar que lo descubriera. Si Zonic se da cuenta de lo que me está pasando, estoy muerto. No habría forma de que lo dejara pasar sin aprovecharse de la situación. Necesitaba una excusa, algo rápido.

-N-Necesito ir al baño -logré decir, aunque mi voz temblaba como una hoja en otoño.

Zonic me observó fijamente, claramente dudando. Por favor, que te lo creas, por favor.

Finalmente, suspiró con fastidio.

-Está bien, pero que sea rápido. Si no sales en cinco minutos, voy a entrar a buscarte -me amenazó, apuntándome con el dedo como si yo fuera un niño al que se le reprende por hacer una travesura.

Asentí rápidamente, sin atreverme a decir más. Apenas me dio su aprobación, corrí hacia el baño. Sentí como si mis piernas se movieran solas, desesperadas por alejarme de él, pero apenas crucé la puerta del baño, me apoyé contra la pared, jadeando.

Maldita sea, maldita sea...

El calor no hacía más que aumentar. Me sentía como si me estuviera derritiendo por dentro. Mi cuerpo traicionándome, mi respiración agitada, mi mente incapaz de concentrarse en otra cosa que no fuera este maldito celo que no me dejaba en paz.

Sabía que no tenía mucho tiempo antes de que Zonic empezara a sospechar. No podía permitirme quedarme aquí mucho más, pero... ¿cómo diablos iba a salir así?

Afuera, podía oír el eco de los pasos de Zonic alejándose. ¿Qué estaba haciendo? ¿Realmente me iba a dejar solo aquí? ¿Acaso me estaba ignorando? ¡Idiota!

Pero el alivio momentáneo de que Zonic no estuviera pendiente de mí se desvaneció cuando, de repente, sentí algo más en el aire. Un aroma que reconocía demasiado bien.

🥀• VoZ SiLeNciOsA • 🥀[Zonourge] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora