103 14 6
                                    

El hospital era un edificio gris y monumental, sus paredes impregnadas de un frío clínico que contrastaba con el ambiente denso y tenso que reinaba en su interior. Los pasillos estaban bañados por la luz blanca fluorescente que creaba un ambiente estéril y vacío, apenas roto por el constante ir y venir de enfermeras y doctores. El aroma penetrante de lavandina y desinfectantes lo cubría todo, mezclándose con el olor medicinal que emanaba de las salas de tratamiento y las botellas de suero. Al final del pasillo, en la sala de emergencias, el tiempo parecía detenerse.

La puerta de la sala de emergencias se abrió lentamente. Manic apareció, apoyándose pesadamente en Zespio, su rostro tenso de dolor. La pierna derecha de Manic estaba vendada de manera gruesa, y cada paso que daba parecía costarle más que el anterior. Zespio lo sostenía con cuidado, susurrándole palabras de aliento mientras lo ayudaba a caminar.

En la sala de espera, todos estaban reunidos. Zilver, con su postura rígida y mirada afilada, observaba a Manic con una mezcla de preocupación y frustración. A su lado, Zector, Zouge, Zamy, Zally, Zails, Zinfinite, Zephiles y Zunckles estaban sentados, con los rostros serios, sus mentes cargadas con el peso de la traición. Ninguno hablaba, pero la tensión en el ambiente era palpable.

Manic finalmente llegó a la sala, y Zespio lo ayudó a sentarse en una silla vacía. Zilver fue el primero en romper el silencio, con la mandíbula apretada y los puños cerrados.

- No puedo creerlo... nuestro propio comandante. Nos engañó a todos.

Zails, quien había estado mirando al suelo, levantó la vista, con una expresión de dolor en sus ojos.

- Zonic... siempre fue tan ordenado, responsable. Siempre luchaba por la justicia. Y ahora esto...

Su voz se quebró un poco, mientras Zamy le ponía una mano en el hombro para darle consuelo.

Zamy, siempre la más reflexiva del grupo, respiró profundamente antes de hablar.

- Nunca lo habríamos imaginado. Zonic era el modelo de lo que se supone que debemos ser. Pero... él está enfermo. Su mente... se ha torcido. No es el mismo.

Manic, aunque exhausto y adolorido, se enderezó en su asiento, con una mueca de dolor en el rostro.

- No importa lo que pensaban de él antes. Ahora sabemos la verdad. Destruyó las pruebas, manipuló la evidencia... lo suficiente para inculparme. Todo para encubrir lo que realmente estaba haciendo.

Zilver gruñó con frustración, su voz llena de ira.

- Claro que podemos hacer algo. Aún debemos atrapar al comandante. No importa lo que haya pasado, lo que haya sido antes. Ahora es un peligro

El ambiente se volvió más tenso con cada palabra. El peso de la traición de Zonic, el comandante que habían admirado durante tanto tiempo, pesaba sobre todos ellos. Zouge, siempre calmada, cruzó los brazos y murmuró, como si hablara más para sí misma que para los demás.

- Atrapar a nuestro propio comandante... ¿cómo llegamos a esto?

- Lo sé - Zilver respondió, girándose hacia ella con una expresión decidida - Sé que lo admiraban. Sé que era más que solo un líder para muchos de ustedes. Pero debemos detenerlo. No sabemos qué daño puede hacer allá afuera. Su enfermedad lo ha cambiado, y no podemos dejarlo así. Tenemos que ayudarlo... hacer que el verdadero Zonic regrese.

Zails suspiró pesadamente, aún tratando de procesar lo que estaba sucediendo.

- Lo sé... pero... esto no es fácil. No solo nos traicionó, nos engañó, y a mí, personalmente, me duele más de lo que quiero admitir.

🥀• VoZ SiLeNciOsA • 🥀[Zonourge] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora