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Corrí hacia la puerta, mis piernas temblando, mi respiración entrecortada, y al sentir la madera bajo mis manos, la cerré con toda la fuerza que me quedaba. El sonido del cerrojo al trancarse resonó en mis oídos como un alivio temporal, pero la presión en mi pecho no desaparecía. Afuera, la noche estaba oscura, la niebla densa envolvía el bosque como una maldita trampa. Comencé a toser mientras mis ojos intentaban ajustarse a la oscuridad. La ira quemaba dentro de mí como una llama incontrolable.

- Maldito seas, Zonic... - gruñí entre dientes, apoyándome contra la puerta cerrada - ¡Eres un mentiroso, un maldito mentiroso! ¡Te burlaste de mí todo este tiempo!

Mis palabras parecían inútiles en el frío de la noche. ¿Quién las iba a escuchar? ¿A quién le importaba lo que tenía que decir ahora? Pero no podía quedarme quieto, no mientras sabía que Zonic estaba detrás de mí. Si me quedaba un segundo más, podría atraparme y sería el fin. Mis amigos... Dios, ni siquiera podía pensar en ellos ahora. Estaban muertos. No me atreví a contarlo antes, por miedo. Pero él... él lo hizo. Zonic lo hizo.

El bosque era traicionero. Sabía que Zonic había puesto trampas, todas diseñadas para que no pudiera escapar. Cada paso que daba era con cautela, mis ojos escaneaban el suelo y el entorno como un animal acorralado. Sentía que los árboles se cernían sobre mí, como si el propio bosque conspirara para evitar que encontrara la carretera. Necesitaba encontrar una maldita salida, necesitaba... ayuda.

Corrí, mis pies resbalando un par de veces en el suelo húmedo por la niebla, pero no me detuve. La desesperación me impulsaba. Hasta que una luz brillante apareció de la nada, cegándome de golpe. Me llevé la mano a los ojos, tambaleándome hacia atrás. Por un segundo, pensé que era él. Zonic, viniendo por mí.

¿Había logrado atraparme tan rápido?

Pero entonces, una voz conocida rompió el silencio.

-¡Scourge!

Mi corazón se detuvo. Parpadeé, y cuando mi vista se aclaró, lo vi. Manic, saliendo de una patrulla. ¿Qué diablos hacía aquí?

-¡Soy yo, Manic! - gritó, corriendo hacia mí - ¿Estás bien? Tranquilo, no te haré daño. ¡Todo va a estar bien!

Mi cuerpo se movió solo, corriendo hacia él, hacia esa única oportunidad de salvación. Sentí sus brazos rodearme, y por un instante, la presión en mi pecho disminuyó. Pero entonces, vi a Zespio saliendo también de la patrulla, su mirada grave.

-Scourge - dijo, acercándose - dime qué está pasando, dinos la verdad.

El mundo se tambaleó a mi alrededor. Las palabras de Zespio se sentían como un golpe. ¿La verdad? ¿Cómo podía siquiera empezar? Todo lo que había guardado, lo que había reprimido por miedo, por cobardía, estaba ardiendo en mi garganta, y antes de que pudiera controlarlo, exploté.

-¡Ayuden a Zhadow! - grité, mi voz rasgada por la desesperación - ¡Está atrapado en la cabaña! ¡Zonic está detrás de mí, está viniendo para matarme!

Vi a Zespio fruncir el ceño, confundido.

-¿De qué demonios estás hablando, Scourge?

Sentí cómo mi cuerpo se sacudía con un escalofrío, la verdad luchaba por salir.

-¡Zonic es el asesino! - grité - No entienden, está borrando toda la evidencia en la cabaña. Mis amigos... mis cómplices... ellos están muertos. ¡Y yo no dije nada porque tenía miedo! ¡Zonic ha hecho cosas horribles, cosas que ustedes no se pueden imaginar! ¡Y ahora está matando a Zhadow! ¡Rápido, por favor, ayúdenlo antes de que sea demasiado tarde!

Manic me sostuvo, intentando calmarme, pero el terror en mi voz era palpable.

-Scourge, respira - dijo suavemente -Zespio, ¿ves? ¡Te lo dije, esto es real!

🥀• VoZ SiLeNciOsA • 🥀[Zonourge] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora