Moon Bin, un consejero político con una ambición más grande que su propio ego.
Dong Min, un simple beta en la sociedad que trata de sobrevivir en ese mundo lleno de corrupción.
Por cuestiones de venganza y poder, ambas vidas se ven involucradas en u...
En el momento que cerró la puerta, se tiró al suelo mareado y llorando. Sus ojos fueron mojados nuevamente por sus lágrimas y solo pudo maldecirse a sí mismo por ser un idiota enamorado de alguien que no era para él.
Inconscientemente, acarició el anillo que aun se modelaba en su dedo, aquel anillo con las iniciales del alfa qué un día creyó, había cerrado el pacto de amor que decía tenerle. Aquel anillo hermoso que de manera silenciosa lo marcaba como una posesión del pelinegro, pero que en realidad era solo una mentira igual que los cuentos de hadas.
Se levantó enfadado por ser un idiota completo, quitó el anillo y lo metió a un joyero.
-Tienes que entender que por más que lo ames, él no es tuyo, nunca lo ha sido y tu destino es muy diferente al de él.
Bin debía casarse, debía convertirse en esposo de un omega, de su omega destinado hasta el último día de vida.
Ese es el destino que debía tener Moon y lo iba a respetar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bin después de ver a Dong Min, tuvo que cumplir sus responsabilidades como novio y fue a casa de Seungkwan para pasar tiempo con él.
-Mi amor~ -saludó el omega como siempre, super meloso.
-¿Has estado bien, mi niño?
-Sí, pero extrañándote~ -Nunca, pero nunca se acostumbraría a ello -Por cierto, ¿Tu mamá no está en casa?
-Supongo que sí, ella jamás sale.
-¡Que te parece si me llevas! ¡Quiero ver a mi suegra!
-Está bien, cariño. Arréglate para que luzcas hermoso, más hermoso de lo que eres y que nos vayamos.
-¡Bueno, Bin~!
Tarde difícil o no, debía de ser un novio cariñoso y complaciente.
...
Llegaron a cada Jong Sun en cuestión de 20 minutos, en su llegada la omega recibió a su futuro yerno como siempre, un beso en la mejilla y un abrazo cálido. La omega a pesar de no estar contenta con aquel matrimonio, se mantenía dulce y amable con el chico, porque después de todo, Seungkwan era un muchacho tierno y le tenía cariño.
-Madre, ¿Dónde están tus perros? Tengo tiempo de no jugar con ellos. -Jong Sun tenía tres caninos qué la acompañaban en aquella enorme y solitaria mansión, y Seungkwan acostumbraba a jugar con ellos y darles amor.
-En el jardín, querido. ¿Gustas algo? ¿Un pastelito o algo? -preguntó amablemente.
