Cuando recién entraron al restaurante fueron recibidas en una mesa que ya tenía comensales. Hogaza no solo comería con Isabel, comería con otros directivos del hospital que estaba por inaugurarse. No sabía si molestarse o si debía agradecer que Isabel demostrará interés para unirla a su equipo de trabajo.
La conversación con cada uno de los presentes fue muy amena. A Lucero le agradó que los temas que abordaban eran relacionados a cotidianidades; si sacaron a pasear a su perro, lo desordenado de sus horarios de sueño, entro otros.
-Y bueno, Lucero, en realidad todo esto lo estábamos haciendo para dormir mejor pero ha salido terrible.-Cecilia, una de las doctoras presentes hizo una mueca de frustración.- Porque lo único que hemos logrado es no dormir nada.
-Así es, iniciar siendo tu propio jefe es una pésima idea si quieres dormir bien.-complementó Isabel riendo con pena.
-Solo será en lo que se dan a conocer, estoy segura de que después solo se preocuparán por observar el crecimiento de la clínica.-sonrió Hogaza.- ¿La clínica tendrá el nombre de alguno de ustedes?
Todos permanecieron en silencio y Hogaza sintió haber colocado el tema que era la manzana de la discordia entre ellos por la manera en que comenzaron a mirarse unos a los otros en absoluto bullicio nulo.
-Hemos pensado en Morgalphibellini.-respondió Isabel y todos suspiraron aliviados al escuchar la respuesta.-Es un acrónimo de los pioneros de la nefrología, una cosa muy ñoña.
-Me gusta el nombre. Parece un juego de palabras.-respondió Hogaza.- Es mejor que una clínica sin nombre.
Los presentes rieron y finalizaron su reunión. Lucero no supo cómo pasó tanto tiempo de una manera tan rápida pero les agradeció a los presentes y a Isabel el tiempo que compartieron durante el almuerzo. Ambas mujeres se despidieron y regresaron juntas al hospital.
Isabel caminaba con prisa y Hogaza la miraba con extrañez, ella iba con una velocidad considerablemente normal.
-¿Alguien viene pisandote los talones?
Isabel rió ligeramente y volteó a ver a Lucero.-Nada de eso, hicieron junta de última hora con los donadores.-dijo con frustración.- Llegar tarde sería firmar mi sentencia de muerte con el director.
-Oh, entonces de prisa.-dijo Hogaza reincorporándose al paso de Isabel.- Será la manera de compensar que pospongo realizar ejercicio.
Ambas mujeres rieron y siguieron caminando, para Lucero era imposible no reír en esa situación ya que recordó sus tiempos como estudiante. Llegaron al hospital y separaron sus caminos, no sin antes Isabel agradeciendole a Lucero haber aceptado la invitación y Lucero respondiendo nuevamente que fue su manera de devolver el favor que le había hecho el día anterior.
***
Pasaron los días y por fin llegó el último día de trabajo de Hogaza antes de su merecido descanso. Ya había acordado verse desde ese día con Silvia y pasar la noche juntas para planear su gran cita del día siguiente. Navarro solo miraba su reloj esperando que le dieran las 19:30 para emprender el trayecto al trabajo de Hogaza. Se sentía ansiosa, cómo no hacerlo si tenía tiempo sin ver a Lucero.
"Odio la vida de adulto." Pensó con frustración recordando que no podía verse con Lucero como ella quería por las responsabilidades que ambas mujeres tenían. Comenzó a divagar entre pensamientos que tenía en aquél momento de absoluto silencio. Le había sorprendido la nula presencia de su madre y de Montserrat. No las había visto y tampoco escuchado de ellas, no sabía si sentirse aliviada o preocuparse por el hecho de que había tanta paz creciente. Hizo un ademán con su mano para esfumar todo pensamiento relacionado a las mujeres y suspiró.
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Amor ciego... ¿y sosiego?
FanficEl sosiego en diversa literatura se describe como un estado de paz, de tranquilidad e incluso de armonía. El sosiego se puede obtener mediante situaciones o bien, personas; sin embargo, ¿qué ocurre cuando ese estado lo consigue alguien con una perso...