Capítulo 4

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Los días estaban pasando relativamente rápido para Lucero y para Navarro puesto que ambas mujeres compartían el hecho de estar nerviosas. Sería una mentira no admitir que a Navarro la invadían bastantes emociones, entre ellas la incertidumbre; sin embargo, sabía que era obvia esa emoción. Saldría con alguien desconocida y peor o mejor, con alguien que conoció mediante el anuncio de un periódico.

No hay que malinterpretarla, si bien le causaba nerviosismo salir con Hogaza, también sabía que sería una historia que le gustaría contar en el futuro. Estaba más que claro el que a Navarro le atraían las aventuras, tener una cita con Lucero vaya que era una aventura.

Cinco días habían pasado ya, en solo nueve días ambas iniciarían una nueva, linda y ¿caótica? etapa. Navarro era alguien que le gustaba prepararse con tiempo, a su parecer catorce días eran pocos para elegir su vestimenta para aquella ocasión. Claramente estaba en busca de ayuda de Erika, si bien no le podía pedir que le confeccionara un traje o un vestido, sabía que sus consejos la encaminarían a la mejor decisión que pudiera tomar para aquella ocasión.

-Erika, ya visitamos más de diez tiendas y tú nada más no me dejas escoger algo.-soltó con frustración.

-Pediste mi ayuda, ¿no?-alzó su ceja y observó cuando Navarro asintió.- Entonces ya no quiero escuchar quejas. Silvia, de verdad que en esa noche debes verte deslumbrante.

-¿Insinuas que así nada más no soy deslumbrante?

-Ya lo eres pero debes verte aún más, ¿sabes? no es como que tú, alguien reconocida pueda aparecer con cualquier cosa puesta a la hora de ir a esa fiesta.

-Uhm... Entiendo pero Erika, llevamos muchas horas yendo de allá para acá y si te soy sincera estoy muy estresada.

-Solo nos queda ir con Minerva si quieres algo que encaje contigo en tan poco tiempo.

Navarro se quedó sorprendida y confundida ante la sugerencia de su mejor amiga. ¿Minerva no era una de sus mayores rivales en la industria de la moda?

-Erika, sé la historia detrás de ella, no creo que sea buena idea ir.

-¿Qué dices? ella da igual en este mundo pero eso sí, debo reconocer que es buena diseñadora.

-¿Y si hace mal algo para hacerte molestar?

-No creo que sea capaz de hacerlo. Al fin y al cabo, creo que ya hicimos las paces.

-¿Cómo? ¿y por qué no me dijiste?

-Silvia, lo que importa aquí es que ella te puede confeccionar algo a tu gusto para esa noche.

-Disculpame, es solo que me sorprende.-La mujer rascó su nuca.- No es como que fuera la mujer que odiabas y ojo, tú misma me dijiste eso.

-No niego haber dicho eso pero ya no importa.-alzó sus hombros.

Silvia entrecerró sus ojos y la miró fijamente, claro, la miraba con acusación. Sabía que algo no andaba bien pero tampoco es que pudiera indagar más a fondo.

-¿Ya nos vamos?-sonrió Erika.

-Por supuesto, Minerva es mi última opción así que bueno...

-Tonta.-rió levemente.- Yo creo que encontraremos la ropa perfecta.

-Te creeré.

Erika sonrió con la respuesta de Navarro, con obviedad emprendieron su viaje a "LMLM designs" era claro que aquella tienda estaba en una zona exclusiva de la ciudad, en Polanco. Agradecía internamente tener buena suerte a la hora de realizar algo casi que a última hora.
No tenía siquiera una pequeña idea de lo que le gustaría llevar en aquel día, ¿un vestido? ¿un traje? ¿un traje con alguna blusa satinada de tirantes? muchas opciones divagaban en su mente y es que no era cualquier noche, era LA noche; intentaría arreglar un poco su vida amorosa y nuevamente estaría a la vista del ojo público. Si bien le daba igual, en parte iniciarían muchos cambios, en su mayoría eran buenos.

Amor ciego... ¿y sosiego? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora