Capitulo 10

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El lunes por la mañana llegó rápido, y yo ya estaba preparada para enfrentarme a lo inevitable: Easton Rossi y su indiferencia. A pesar del dolor que sentía cada vez que pensaba en él, decidí que, si él quería actuar como si nada hubiera pasado, yo haría lo mismo. No me quedaba otra opción.
Me miré al espejo después de terminar de vestirme. Falda negra, ajustada a la cintura, con una camiseta roja de tirantes que resaltaba mi piel y mis ojos color miel. Zapatillas Converse negras para mantenerlo casual, pero me aseguré de darle un toque atrevido con un pintalabios rojo intenso y un eyeliner afilado que destacaba mi mirada. Terminé mi look recogiendo mi cabello en una coleta alta. Perfecto. Si Easton creía que me iba a ver hundida o afectada, se llevaría una gran sorpresa.
Cuando salí al pasillo, Noah ya estaba esperando en la puerta, apoyado en su coche con los brazos cruzados. Me miró de arriba abajo y levantó una ceja.
—¿Qué pasa? —pregunté, mientras me acercaba.
—Nada, solo que vas a causar un par de accidentes hoy con ese look —dijo con una sonrisa torcida, abriendo la puerta del copiloto para que entrara—. ¿Estás segura de que no quieres cambiarte?
—Oh, cállate. Estoy perfecta. Además, quiero que la gente sepa que Mia Wilson no se deja pisotear por nadie —le respondí, lanzándole una mirada de complicidad antes de subir al coche.
El camino hacia el instituto fue tranquilo, Noah puso su lista de reproducción habitual, con algo de rock suave que ayudaba a despejar mi mente. Pero, por mucho que intentara evitarlo, los pensamientos de Easton seguían apareciendo una y otra vez. ¿Cómo podía haberme ignorado así después de todo? No podía dejar que me afectara. No esta vez.
Al llegar al Franklin High School, sentí las miradas sobre mí desde el primer momento que puse un pie en el estacionamiento. Literalmente todos me miraban. Incluso algunos chicos del equipo de fútbol americano voltearon a verme, y aunque me hacía sentir algo incómoda, también sabía que eso era lo que buscaba. Que Easton me viera, y que supiera lo que se estaba perdiendo.
Mis amigas Blair y Kate me esperaban en la entrada, sus ojos se iluminaron al verme acercarme.
—¡Wow, Mia! ¿Qué tienes entre manos? —preguntó Blair, sonriendo con aprobación.

—¿Te diste cuenta de que ahora todo el instituto te está mirando, verdad? —añadió Kate con una sonrisa traviesa.
—Solo me cansé de jugar a ser la chica discreta —respondí, encogiéndome de hombros como si no fuera la gran cosa—. Si Easton quiere ignorarme, que lo haga. Voy a seguir con mi vida. Pero ya te digo, se va a arrepentir.
Las chicas me miraron con complicidad, sabiendo exactamente a qué me refería. Entonces, antes de que pudiera contarles todos los detalles de lo ocurrido durante la fiesta, alguien se acercó por detrás de mí.
—Hey, Mia —dijo Tucker con una sonrisa suave, mientras me plantaba un beso en la mejilla.
Me giré para sonreírle y justo cuando lo hice, sentí una mirada intensa que quemaba en mi dirección. Mis ojos se encontraron con los de Easton, que estaba al otro lado del pasillo. Su mandíbula estaba tensa, y sus ojos brillaban con una mezcla de enojo y… ¿celos? Por fin me miraba. Pero yo no iba a ceder, no esta vez.
Le aguanté la mirada, levantando ligeramente el mentón como si no me afectara en lo más mínimo. Sin embargo, antes de que pudiera hacer o decir algo, Olivia—también conocida como "me enrollo con todos"—apareció de la nada y agarró el brazo de Easton. Él, sin oponer resistencia, la dejó llevarlo consigo mientras se alejaban juntos. Mi estómago se revolvió al verlos.
—¿En serio? —murmuré para mí misma, sintiendo cómo una ola de celos me invadía. Pero rápidamente apreté los labios, decidida a no mostrar debilidad frente a Blair y Kate, ni mucho menos frente a Tucker, que todavía estaba a mi lado, distraído con su teléfono.
—Todo está bien, Mia —me dije mentalmente—. Si eso es lo que él quiere, jugaré el mismo juego.
Querido Easton, pensé, vamos a jugar a los celos. Y déjame decirte algo: vas a perder.
Blair me lanzó una mirada sabiendo exactamente lo que estaba pensando.
—Parece que el chico está algo molesto, ¿no? —dijo ella en tono de burla, mirando la escena que acababa de ocurrir con Easton y Olivia.
—Déjalo que se moleste —respondí con una sonrisa desafiante—. Esto apenas comienza.

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