Capitulo 18

2 1 0
                                    

Bajo las escaleras rápidamente, el corazón me late a mil por hora. Cojo mi bolso y las llaves de casa antes de apresurarme a salir por la puerta. Apenas pongo un pie fuera, Easton se da la vuelta, dándose cuenta de mi presencia. Sus ojos hacen un barrido completo de arriba a abajo y una sonrisa descarada aparece en su rostro, revelando un pequeño hoyuelo que lo hace lucir aún más guapo de lo que ya es.

Está increíblemente atractivo, tal y como lo había visto desde la ventana. Chaqueta de cuero negra, camiseta blanca debajo, pantalones oscuros, todo perfectamente combinado con unas Jordans negras. Su estilo me deja impresionada, pero lo que más me descoloca es cuando camina hacia mí con dos cascos en las manos.

Al acercarse, me tiende uno de los cascos, y en un movimiento inesperado, hace el amago de abrazarme. Por instinto, correspondo al gesto, aunque es un poco tenso. No esperaba esto. Pero lo que realmente me deja sin palabras es lo que hace después. Me suelta suavemente y me da un beso en la mejilla. Me quedo de piedra.

—Estás espectacular, Mia —dice con una voz que me derrite por completo.

Siento cómo el calor sube rápidamente a mis mejillas y sé que me estoy poniendo roja. Easton lo nota, claro, pero en vez de hacerme sentir incómoda, solo sonríe, con ese aire de chulería que parece tan natural en él.

Nos dirigimos hacia su moto, y cuando la veo de cerca, es impresionante. Negra con partes en azul, parece una de esas motos que podrían volar de lo rápidas que son. Nunca me he subido a una antes, pero no pienso dejar que el miedo me domine. Si estoy con Easton, puedo hacerlo.

Easton se monta primero y se pone el casco. Luego, gira la cabeza hacia mí y me mira a través de la visera del casco.

—¿Subes? —pregunta, como si fuera lo más obvio del mundo.

Asiento, aunque siento un nudo en el estómago. Me coloco el casco, sintiendo que mis manos tiemblan un poco. Me subo a la moto detrás de él, tratando de mantener la calma. Entonces, levanta los brazos y me dice:

—Agárrate, princesa.

¿Princesa?. Mi corazón se acelera aún más al escucharlo llamarme así. Estoy completamente roja, menos mal que el casco me cubre la cara. No me atrevo a mirarlo directamente, así que solo lo agarro tímidamente por los costados.

—Vamos, Mia —dice con tono divertido—. Si no quieres que muera, agárrate bien.

Sus palabras me hacen reaccionar, y lo hago, pero al hacerlo, siento el contacto firme con su abdomen bajo la camiseta. Dios mío, pienso, casi sin poder respirar. Sus músculos son firmes y definidos, y de repente me invade un calor que no tiene nada que ver con el sol de la mañana.

Sin decir nada más, Easton arranca la moto. El sonido es intenso y me hace aferrarme más fuerte a él. Antes de que pueda preguntar nada, escucho su voz a través del casco, probablemente gracias a un pequeño micrófono incorporado:

—¿Lista?

—¿A dónde vamos? —pregunto, mi voz un poco temblorosa.

Él solo suelta una pequeña risa, y luego responde:

—Es un secreto, principessa.

Princesa en italiano. Mi corazón casi explota al escuchar esa palabra. Easton acelera y la moto cobra vida bajo nosotros, llevándome hacia lo desconocido.

La Jugada Perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora