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Parker.

—¿Por qué tienes esa cara?—Hannah frunce el ceño cuando dejo el plato de comida frente a ella.

—¿Qué cara?—Tomo asiento en mi lugar, fijando mis ojos en mi hermana menor.

Sus ojos escudriñan mi rostro, como si buscara especificar el sentimiento que, según ella, me hace tener esa cara.

Luce cansada, no debería estar en estas; no debería estar intentando averiguar qué es lo que pasa en mi vida. Debería estar concentrada en sus estudios, en la compañía de baile.

—Te ves... como sorprendido. —Toma el tenedor y el cuchillo, cortando un poco de la carne antes de llevarla a su boca—. ¿Qué te tiene sorprendido? ¿Viste un fantasma?

Suspiro, recordando en momentos como este lo mucho que se parece a nuestra madre. Tanto en físico, con su cabello chocolate y ojos verdes, como en personalidad siendo tan entrometida.

O, como a ella le gusta decir: amante de la información.

—Algo así—contesto, sabiendo que no tiene sentido ocultarle nada a esa niña. Es como un maldito detector de emociones. Va a tirar hasta que le suelte algo.

—Mierda, ¿viste un fantasma?—Se ríe y yo entrecierro los ojos en su dirección, solo aumentando la diversión que irradia en este momento.

—Vi a alguien que creí que no vería de nuevo—admito y ella levanta las cejas.

—¿La chica de la pintura?—Tantea y callo—. ¡Dios mío!—chilla sorprendida y yo gruño, tomando mi vaso para beber algo del jugo y prepararme para lo que se viene—. ¿Dónde la viste? ¿Es tan bonita como la pintas? ¿Qué te dijo? ¿Te reconoció? ¿Puedo conocerla? Dios mío, Dom. No puedo creer que en serio la hayas visto ¿cómo pasó?

Como dije: entrometida.

Maldición, no sé en qué momento se me ocurrió hablarle de la mujer de los cuadros que pintaba cuando llegué de aquella misión. Ella se obsesionó con saber sobre Ravenna, pero nunca consiguió nada en internet.

Por supuesto que no, es una jodida soldado. No hay mucha información sobre nosotros en internet. Nada que pudiéramos conseguir sin su apellido.

—¿Recuerdas a mi nuevo coronel?—Respiro profundo y ella frunce el ceño confundida, pero asiente lentamente—. Son familia.

—Joder ¿es igual de malhumorada que él?—Frunce el ceño con disgusto—. Me cae mal ese hombre, me mira como si no fuera importante en el mundo.

No puedo culparla por no tener a Christopher en un pedestal. Es un imbécil; eso no es un secreto para nadie y tampoco lo es que a él le gusta serlo.

—Para los Morgan nadie es más importante que ellos. No es personal. —Suspiro—. El punto es que ella es una soldado y está aquí para ayudarnos con una misión.

—Nunca me dijiste que era una soldado—parpadea.

—Yo tampoco lo sabía. —Niego—. Creí que era solo una infiltrada de la FEMF, que los estaba ayudando con la misión y luego entraría a protección de testigos.

Aunque, ahora que lo pienso. Es exactamente el punto de un soldado infiltrado, hacerte creer que no lo es.

Aún no saco de mi cabeza lo distinta que se ve con el cabello negro. Pero se ve preciosa, mucho mejor que con cualquier otro color, como si estuviera hecho para ella. Para resaltar su belleza.

El rojo era hermoso en ella, como ver a una sirena. Pero el negro... es como ver a la creación divina más hermosa. Joder.

Si antes no podía sacármela de la cabeza, ahora menos.

Pieces of Me [Dominick Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora