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—Eso fue hermoso. —Reece aplaude y yo río, dejando de tocar mi nueva pieza para darle mi atención a mi tío, que me mira desde la pantalla de mi celular—. Se siente... complicado.

—Mhm, lo es. —Trago grueso, encogiéndome de hombros mientras guardo las partituras—. Así se siente volver. Complicado.

La pieza es complicada. Refleja el sentimiento de tranquilidad siento interrumpido de golpe por la vuelta del pasado tormentoso.

La comencé hace ya unas semanas, pero la vuelta a Londres me dió los sentimientos adecuados para reflejar. Y es... si, complicada.

Todo en mi maldita vida ha sido demasiado complicado. Ultimamente me esfuerzo en que sea simple, pero este tipo de cosas no me lo hacen jodidamente fácil.

—¿Quieres que vaya ahí?—pregunta y río—. Hablo en serio, muñequita. Si me dices que necesitas al tío Reece, tomaré el helicóptero y estaré allá en menos de lo que canta un gallo.

Sonrío.

El tío Reece siempre está ahí.

Reece Morgan es lo más cercano a un padre que tuve, y Regina lo más cercano a una madre. Los dos se hicieron cargo de mi cuando me harté de Alex Morgan y el desastre que es.

Reece, Regina y Christopher son mi familia. Los únicos con los que verdaderamente puedo contar.

—No, tío. Estoy bien. —Suspiro, mirando por la ventana de mi Penthouse—. Tengo que... hacer borrón y cuenta nueva con esta ciudad. Darle un final a todo y... soltar por fin el maldito pasado que tanto me persigue.

Londres está lleno de recuerdos horribles. Ese día cambió cualquier imagen que yo tuviera sobre esta ciudad. Y aunque le digo a Christopher que no me genera nada, estoy siempre alerta, incluso contraté más seguridad mientras estoy aquí.

No se siente bien volver. Es decir, se siente mejor de lo que había esperado mientras volaba aquí; creí que tendría un ataque al entrar a la central, que vomitaría y los recuerdos de ese día volverían como una avalancha.

Pero solo sentí tensión. Lástima, tristeza porque no puedo amar esta hermosa ciudad. Tristeza porque solo bastó un día con consecuencias de años para que yo no quisiera siquiera mencionar Londres.

Pero estaré bien. Siempre lo estoy. Me acostumbraré a la tensión mientras intento deshacerme de ella, buscaré hacer cosas que borren la mancha que he puesto sobre esta ciudad por personas que ni siquiera pertenecen aquí.

—Hazlo, pero a tu ritmo, muñequita. —La voz de Reece me saca de mis pensamientos—. No te presiones, ¿si? Siempre puedes volver a casa e intentarlo en otro momento si se vuelve demasiado.

—No volveré a casa hasta acabar con la Bratva—dejo claro, sintiendo que el enojo opaca la tensión—. Estoy harta del cerdo asqueroso de Romanov, Reece; y si hay alguien que puede hacerlo caer, soy yo.

Que no me guste la milicia no significa que se mala en lo que hago. Me esforcé mucho durante mis años de academia y los años que trabajé para la FEMF, me hice un nombre dentro de esta maldita rama a base de sangre, sudor y lágrimas.

Ilenko Romanov nunca fue un objetivo para mi. Es decir, ¿el ruso debajo de Antoni? Nah, no merecía mi atención.

Pero entonces comenzaron a formar parte del tráfico humano. Mi maldito punto débil; y comencé a vigilarlo.

Y entonces sus hombres tomaron a Stephany, una de mis alumnas y hermana de mi abogada. La misma abogada que ganó el caso que los familiares de los asquerosos que me secuestraron creyeron que podían ganar.

Pieces of Me [Dominick Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora