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Dos semanas después...

Parker.

Una vez enviado el correo, limpio mi bandeja, asegurándome de que nada de la información que he estado enviando a Miller durante estos días quede registrada en mi celular.

—¿Qué haces aquí?—Una voz femenina me sobresalta y giro sobre mis pies para ver a Ravenna bajo el umbral con los brazos cruzados, mirándome con una ceja enarcada y sospecha en sus ojos.

Antes de que yo pueda contestarle, Ares aparece detrás de ella con una enorme sonrisa que me enferma.

Ella de inmediato se encoge, como si no quisiera lucir toda su altura cuando está junto a él. Los pocos centímetros que el hombre le saca son la respuesta que necesito.

—Ya estás aquí, perfecto. —Ares me mira, deslizando su brazo alrededor de la cintura de la pelirroja, que ahora solo tiene una sonrisa en sus labios. Todo lo contrario a la sospecha de antes—. Hoy cerraremos un trato importante, necesito que hagas algo por mi, Daniel.

Un celular suena y Ravenna se mueve, sacando el celular del bolsillo de su enterizo antes de ofrecerle una pequeña sonrisa a Ares, que la mira como si fuera un diamante.

—Andrea está aquí, tengo que ir a arreglarme el cabello. —Besa su mejilla y me lanza una mirada amistosa—. ¿Vienes, Daniel?

—Adelántate, Vasílissa mou, tengo que hablar con Daniel antes. —Ares le da un apretón a la cintura de Ravenna y ella asiente antes de retirarse sin chistar.

—¿A qué se debe su llamado, señor?—pregunto, sabiendo que el ser llamado a reunirme con Ares en su oficina me daba la oportunidad perfecta para obtener lo que necesitaba.

Y lo aproveché. Instalé en su computadora el programa que necesitamos para obtener toda la información en sus dispositivos, le mandé un informe a Simón y borré todo rastro de ello antes de que Ravenna entrara.

—Hoy cerraré un trato muy grande—se acerca, yendo directo al bar para servirse un trago de vodka—. Mi socio tiene... ciertos gustos y me gustaría complacerlo. —Señala la puerta—. Lo he visto no poder apartar sus ojos de mi esposa.

Asiento, entendiendo por dónde va la conversación y odiando lo que probablemente voy a tener que hacer más tarde.

»Solo quien yo decida toca a mi esposa. —Ríe secamente—. Él nunca va a tocar su inmaculada piel, pero... le fascina el vouyerismo y... los hombres como tú. —Me mira—. Eres grande en comparación a Ravenna, a Gomez le fascina esa mierda. Así que necesito que te folles a mi esposa mientras él los ve.

Respiro profundo, sintiendo cada músculo de mi cuerpo tensarse ante la mera idea de tener que follar a una mujer que ha sido constantemente abusada en este techo.

No soy un maldito abusador. No quiero ser parte de algo que va a agrandar su trauma. Es malditamente asqueroso.

—Señor, yo...

—No era una pregunta—gruñe y callo, pero la rabia que me golpea en el estómago me hace querer matarlo y mandar la misión a la mierda. «Si no estuvieran en riesgo tantas vidas»

—Si, señor. —Termino asintiendo, recordándome hablar con Ravenna sobre lo que va a pasar. Porque no pienso tocarla sin su maldito consentimiento, eso es asqueroso.

***

Ravenna

—Señora. —Daniel se acerca a mi mientras tomo un sorbo de mi champaña, alejada de la mesa en la que Andrés Gomez y Ares discuten sobre el negocio que cerrarán esta noche.

Pieces of Me [Dominick Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora