CAPÍTULO 80

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-Kath.—Murmura Juliana sorprendida cuando la chica  entra al bar.

—¿Kath?—Dice Valentina con duda al verla tan cansada y cabizbaja.

—Me dejaron sola, a merced de osos y lobos.—Responde la pelinegra
De forma inevitable Leila comienza a reírse, mientras que Mary abre la boca con sorpresa.

—Pero estabas a cinco minutos del hotel ¿y ahora es que estás llegando?—Cuestiona Santiago.

—Yo creí que me irían a buscar cuando se dieron cuenta de que no estaba con ustedes.—Contesta Kath sintiéndose decepcionada.—No sé. Creí que no podrían estar sin mí.

—Kath, no digas eso. Pensamos que estabas dormida en tu cuarto. —Responde Juliana

—Señorita Valentina, hacía mucho frío ahí afuera, pero ¿sabe qué se me enfrió más?—Vuelve a hablar Kath y se apunta al corazón.—Mi corazón se enfrió.

—Valentina...—Susurra la morena con un puchero.

—¿Qué, Juls?—Replica Valentina.

—Por favor, dile algo.

—¿Y qué le digo?—Responde la castaña en voz baja.

—La pobre se quedó sola. Discúlpate.

—¿Por qué debo disculparme?

—Mira sus ojos tristes. Dile algo.

—No quiero decirle nada. No fue mi culpa, además cualquiera de nosotros podía haberse dado cuenta de su ausencia

—¿Te puedes disculpar con ella, por favor?—Pide la morena.

—Está bien, está bien.—Suspira rendida

Valentina.—Kath...—Mira a la chica.—Mira, como dijo Juls. De verdad pensamos que estabas en tu cuarto y no quisimos molestarte.

—Pero discúlpate con intención.—Le dice Santiago, burlándose de su hermana

—Ya se disculpó.—Le pega un codazo Ivana.

—Nosotros te queremos, te queremos, te queremos,—Responde la castaña.—y te queremos pedir perdón.

—Perdón.—Dicen los demás de forma simúltanea.

—Bueno, no había necesidad de disculparse, de verdad.—Replica la pelinegra y sonríe divertida

—De verdad que la voy a matar, me desespera—Dice Valentina en voz baja.

—Valentina, por favor....—Le pide Juliana.

—Eres rara, pero te queremos mucho.—Habla Leila mirando a Kath.

—¿Qué dijiste?—Le pregunta Kath.

—Te queremos.

—¿Tú me quieres?

—Todos te queremos.—Responde Leila comenzando a molestarse.

—Sí, pero tú también, ¿verdad?—Insiste la pelinegra.

Todos comienzan a reírse, porque realmente había puesto en aprietos a Leila. Y luego de unos segundos, Kath se acerca a Valentina con intención de abrazarla.

—¿Y ahora qué?—Se queja la castaña en voz baja.

—Anda, dale un abrazo.—Pide Juliana.

—No.

—Valentina, deja que te abrace.

—¿En serio quieres que me abrace? —Pregunta y la morena la mira con esa mirada en la que sabe que no podrá negarse.—No, no me mires así.—Insiste.—Bien, abrázame rápido.

Y Kath le da un abrazo efusivo.

—Pero no tan efusivo.—Sisea Valentina.—Quítamela, quítamela.

—Ya, Kath, ya.—Dice Santiago quitando a la  chica

—Señorita Valentina...—Murmura Kath luego de unos segundos.

—Dime, Kath.—Responde la castaña.

—Ya que hicimos las paces, ¿puedo decirle algo?

—Dilo para que esto se acabe. Dilo de una vez.—Dice con exasperación.

—¿Recuerda la noche de henna?

—Sí.

—¿Y recuerda los conos de azúcar?

—Sí, tú los conseguiste. Gracias. Eres lo máximo, gracias.

—No. Los consiguió la asistente del Sr. Vadhir.—Suelta rápidamente la pelinegra.

—¿Qué?—Reaccionan todos.

—Quizás todos se durmieron por mi culpa, pero no lo hice intencionalmente.—Se disculpa Kath.

—Está loca, la voy a matar.—Dice Valentina con intenciones de ir a golpearla.

—Espera...—Lo detiene Santiago tomándola del brazo.

—Por favor, tranquila Valentina...—La calma Juliana.

—¿Música? ¿Quién está hablando de música?—Habla Kath en un intento de distraerlos.—¡Sí, eso es!—Añade y se pone a bailar.

Y antes de que Valentina se vuelva a alterar, la morena la toma del brazo para llevarla al centro de la pista improvisada y que ambas puedan bailar. Y los demás también se unen, comenzando una pequeña fiesta entre todos.

AMOR EN EL AIRE (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora