Michell había llevado a Viviana a un campo de paintball, la idea se le había ocurrido ese mismo día, luego de que la chica le hubiese pedido que la sorprendiera y él estaba muy emocionado por hacer algo juntos.
—¿Cómo se te ocurrió hacer esto? Pero qué clase de locura es esta.—Murmura sorprendida Viviana.
—¿Qué tiene de malo? Es emocionante. Hay sorpresas. ¿No querías algo nuevo?—Replica Michell.
—Eres tan dulce...
—¿Qué significa eso?
—Que eres muy dulce.—Dice antes de darle un beso en la mejilla.— Lo que hiciste. La sorpresa es de lo más tierno,gracias.
—Te voy a recordar esto, ¿está bien? Es por aquí, vamos.—Le indica el camino y le baja la máscara protectora.
Ambos se iban a enfrentar a Kath y Mary, las cuales una vez más peleaban entre ellas, por tonterías.
En el mismo lugar, pero un poco más maltratado y cansado, estaba Santiago. El chico ni siquiera sabía como había llegado hasta ahí, pero pasó por debajo de la malla que dividía el bosque del campo de paintball.
—¿Hay alguien aquí? ¿Me escuchan?—Grita el castaño en busca de ayuda.
La realidad, es que los trajes y equipos de protección que utilizaban los chicos, les impedían escuchar al menor de los Carvajal
Tanto Michell y Viviana como Mary y Kath estaban utilizando como estrategia de juego el ocultarse detrás de unos tarros para que les fuera más fácil atacar.
—¿Dónde están?—Pregunta Viviana en voz baja.
—Seguramente deben estar cerca.—Responde el moreno—Iré a investigar. Lanzaré dos disparos y luego las atacamos juntos.
—Esto es inútil, no sale nada.—Se queja Mary de su pistola.
—Es que no tiene mucha presión , ya que podría lastimar.—Replica Kath.
—Quería probarlo contigo y no sirve. Apenas sale aire. Quiero disparar y que salga de verdad.—Vuelve a quejarse la rubia.
Mientras Kath y Mary discuten entre ellas, Santiago pasa detrás, al oír el ruido, los cuatro chicos se ponen de pie para atacar, arremetiendo con fuerza a Santiago, quién apenas logra escapar
de las balas de pinturas que le caen encima.
—¿Por qué me disparan? ¿Qué prueba es esta?—Grita asustado, intentando protegerse con su propio cuerpo.
—¿Escuchaste a alguien?—Le pregunta Mary a su compañera de equipo.
—No escuché nada.—Responde Kath.
—Entonces vamos.—Pide la rubia poniéndose de pie para ir a atacar.
Los cuatro chicos se atacan entre ellos y Santiago aprovecha para huir del lugar, como puede. Haciendo que Mary detenga el juego.
—Oigan. ¿No vieron a alguien?—Les pregunta a los chicos.
—Me pareció ver pasar a alguien.—Responde Michell.
—Y yo oí una voz, pero con tanto ruido no entendí que decía.— Replica la abogada.
Michell le guiña un ojo a las chicas con complicidad y entre los tres bombardean a Kath, quien sale despavorida a escóderse.
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—Juli, tenemos mucho que hacer. No te tardes, anda.—Murmura Betty antes caminar hacia las escaleras para entrar a la casa.
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AMOR EN EL AIRE (Adaptación Juliantina)
أدب الهواةTras perder a sus padres cuando era muy joven, Juliana consiguió seguir adelante en sus estudios gracias a las becas. Al finalizar sus estudios , planeaba viajar al extranjero para completar su formación en la universidad, pero la aparición en su vi...