Capítulo 7

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El sol se ponía en el horizonte cuando Nie Huaisang cruzó las puertas de la Secta Nie. El familiar aroma a acero y cuero le dio la bienvenida, mezclado con el sutil perfume de las flores de loto que su hermano insistía en mantener en los jardines. A pesar de la familiaridad del lugar, Huaisang se sentía como un extraño en su propia casa.

Los discípulos lo saludaron con reverencias respetuosas, pero pudo notar las miradas curiosas que le lanzaban. No era de extrañar; su ausencia había sido notoria y su regreso repentino seguramente alimentaría los rumores que ya circulaban.

Apenas había llegado a sus aposentos cuando un discípulo jadeante apareció en su puerta.

—Joven maestro Nie —dijo el muchacho, inclinándose profundamente—, el Líder de Secta solicita su presencia inmediatamente.

Huaisang suspiró internamente. Había esperado tener al menos un momento para recomponerse antes de enfrentar a su hermano—. Gracias —respondió con una sonrisa amable—, iré enseguida.

Mientras caminaba hacia el estudio de Nie Mingjue, Huaisang sintió la presencia silenciosa de Xue Yang a su lado. El joven cultivador se movía como una sombra, su presencia apenas perceptible pero innegablemente allí.

Las puertas del estudio de Nie Mingjue se abrieron ante él, revelando la imponente figura de su hermano. Mingjue estaba de pie junto a la ventana, su espalda recta y tensa como la cuerda de un arco. Se giró lentamente al escuchar entrar a Huaisang, sus ojos oscuros escrutándolo con una intensidad que hizo que Huaisang se estremeciera internamente.

—Hermano —saludó Huaisang, inclinándose respetuosamente—. He regresado.

Mingjue lo observó en silencio por un momento que pareció extenderse eternamente. Finalmente, habló, su voz grave resonando en la habitación.

—¿Lo encontraste?

Huaisang sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que su hermano se refería a Wei Wuxian, pero ¿cuánto sabía realmente? ¿Cuánto podía revelar sin poner en peligro a Wei Ying y a los Wen?

—Sí —respondió finalmente, manteniendo su voz calmada—. Pero no pude convencerlo de regresar.

Mingjue frunció el ceño, sus ojos endureciéndose—. ¿Y por qué no? ¿Acaso no entiende la gravedad de la situación?

Antes de que Huaisang pudiera responder, la puerta del salón se abrió de golpe, revelando a Xue Yang. El joven cultivador entró con paso confiado, una sonrisa burlona jugando en sus labios.

—Líder de Secta Nie, joven maestro Nie —saludó con una reverencia que bordeaba lo irrespetuoso—. Traigo noticias que podrían interesarles.

Mingjue le lanzó una mirada de advertencia, pero asintió para que continuara. Xue Yang se acercó, colocándose junto a Huaisang antes de comenzar su informe.

—He estado investigando los eventos recientes en la Secta Lan —dijo, su voz cargada de una falsa inocencia que hizo que Huaisang tuviera que reprimir una sonrisa—. Parece que hay más en la historia de lo que nos han contado.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Mingjue, su interés claramente irritado.

Xue Yang sonrió, sus ojos brillando con un placer malicioso—. Según mis fuentes, Hanguang-jun no fue herido por Wei Wuxian como todos creen. Fueron los propios Lan quienes usaron el látigo disciplinario en él.

Huaisang sintió que su sangre se helaba. El látigo disciplinario... el mismo que habían usado en Wei Ying. La idea de que Lan Zhan hubiera sufrido el mismo castigo, probablemente por defender a Wei Ying, hizo que su corazón se apretara dolorosamente.

Bajo la sombra de las flores, NieXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora