Capítulo 11

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Wei Wuxian se encontraba sentado frente a una hoja de papel en blanco, con un pincel en la mano, trazando lentamente las primeras líneas de lo que sería una carta para Nie Huaisang. Había pasado un tiempo desde la última vez que había recibido respuesta de su amigo, y aunque había tratado de convencerse de que era solo cuestión de paciencia, una inquietud persistente lo mantenía alerta. Huaisang siempre había sido meticuloso y puntual en sus respuestas, enviándole noticias y poemas de manera regular, casi como un reloj. Y ahora, de repente, solo había silencio.

Con un suspiro largo, Wei Wuxian dejó el pincel en la mesa y miró hacia la entrada de la cabaña. Afuera, A-Yuan jugaba en el jardín, riendo con Wen Ning mientras recogían algunas flores y hojas caídas. Era una escena pacífica y alegre, un respiro bienvenido en medio de toda la tensión que había rodeado sus vidas últimamente. Aun así, la calma era solo superficial. Desde que había recibido su última carta, el silencio de Huaisang lo envolvía como un eco vacío, dejándolo con una preocupación que, día a día, iba creciendo en su interior. Había pasado tanto tiempo acostumbrándose a las notas cuidadosas y llenas de noticias de Huaisang, a los poemas y pequeñas historias que le enviaba. Esas cartas le recordaban que había alguien que, incluso en la distancia, seguía pensando en él, alguien que lo mantenía atado al mundo que había dejado atrás.

Lan Wangji, quien estaba sentado en el rincón opuesto de la habitación, lo observaba con sus penetrantes ojos claros. Aunque no había dicho nada, Wei Ying sabía que Lan Zhan notaba cada pequeño cambio en su comportamiento. Había algo en la manera silenciosa en la que lo miraba, en esa expresión calmada pero intensa que siempre le hacía sentir como si estuviera exponiendo todos sus pensamientos sin pronunciar una sola palabra.

—¿Qué ocurre, Lan Zhan? —preguntó, tratando de sonar tan ligero como siempre.

Lan Wangji mantuvo la mirada, como si tratara de descubrir algo más allá de las palabras de Wei Ying.

—Estás inquieto —respondió Lan Zhan, con su tono bajo y sereno—. Y lo has estado últimamente. ¿Sucede algo?

Wei Ying sintió que su sonrisa flaqueaba por un segundo. La atención de Lan Zhan era tan directa y genuina que lo desarmaba por completo, pero sacudió la cabeza, forzando una sonrisa mientras fingía despreocupación.

—¿Yo? ¿Inquieto? —rió, evitando su mirada—. Vamos, Lan Zhan, ¿cuándo has visto que me preocupe tanto por algo?

Lan Wangji no respondió de inmediato, pero sus ojos claros siguieron fijos en Wei Ying, como si intentaran leer las emociones que él mismo luchaba por ocultar. La presión de esa mirada hizo que Wei Ying desviara la vista hacia el fuego que ardía débilmente, y después de un suspiro, su sonrisa se desvaneció lentamente.

—Tal vez... solo esperaba escuchar noticias de alguien —murmuró finalmente, en un tono tan bajo que apenas sonaba a una confesión.

Lan Zhan asintió levemente, pero su expresión se tornó aún más seria, sus ojos mostrándole un apoyo silencioso. Parecía querer decir algo más, tal vez ofrecer algún tipo de consuelo, pero, como siempre, eligió el silencio, respetando la distancia que Wei Ying imponía sin querer.

Los días pasaron, y aunque Wei Ying intentaba mantenerse ocupado, esa sombra de ausencia persistía, creciendo con el paso del tiempo. No podía ignorar que deseaba una señal, cualquier noticia de Huaisang. Era extraño: al principio, no se había dado cuenta de cuánto le había afectado esa conexión con él. Pero ahora que había pasado tanto tiempo sin recibir nada de él, la ausencia era como una herida abierta que no podía sanar.

"¿Estará bien?", se repetía cada noche, mirando hacia el vacío. Se preocupaba por Huaisang de una manera que no había anticipado; a pesar de los peligros, de la distancia, se había acostumbrado a sentir la presencia de Huaisang, a recibir esas palabras que le daban una sensación de compañía en su exilio. Pensaba en los pequeños detalles que Huaisang le describía en sus cartas: las flores que crecían en los jardines de la secta, el tono implacable de su hermano, los rumores de los discípulos, la manera en que el viento agitaba los árboles en las montañas.

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⏰ Última actualización: Oct 28 ⏰

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Bajo la sombra de las flores, NieXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora