Capítulo 26

840 85 0
                                    

La policía llegó temprano a nuestro apartamento, sí desde hace una semana que nos mudamos y estábamos haciendo las decoraciones respectivas, nos hacía ilusión decorar con el gusto de ambas, "Rebecca es una mujer esplendida y me complace en absolutamente todo, creo que no puedo amar mar más a esta mujer".

Me empezaron hacer unas series de preguntas acerca de Heng, pero lo que más me preocupaba era saber que él posiblemente estaba alrededor nuestra, lo habían visto y las autoridades estaban pendiente de eso y querían atraparlo cuanto antes. Al cerrar la puerta abrazo a Rebecca, buscando su protección la cual no dudo en dármelo, me sentía resguardada y confortable entre sus brazos.

"Tranquila amor todo va a estar bien, no estarás sola en ningún momento". Me dijo con ternua mientras sostenía mi mano.

"Prométeme que estarás conmigo, tengo miedo de él Becky, y también temo por ti, el amenazó con hacerte daño". La tomé por la otra mano, la acerque a mi mientras le daba un beso.

"No le temo Freen, y estaré contigo para protegerte y a este bebé que está creciendo dentro de ti", se agacho y besó su vientre con mucha ternura,
-"Ustedes dos son mi prioridad ahora, las voy a proteger con mi vida si es necesario mi amor"
. Se soltó de su agarre mientras me tomaba por la cintura.

"Por qué siempre te refieres al bebé cono una ella?". –"Porque lo siento", -me decía mientras se tocaba el corazón. –"No sé, llámame loca, pero ella va hacer mi debilidad Freen, y sé que será igualita a ti y eso será aún mejor todavía".

En ese momento, la tome por las mejillas y acune su rostro. "Te amo Becky, nunca pensé en amar a alguien así, como lo hago contigo". De pronto mis ojos se tornaron oscuros, el amor puro y casto que sentía se transformó en un deseo desmesurado y con una fuerza imparable que no podía ser contenido.

Mis labios buscaban desesperadamente el ángulo adecuado para fundirse con los de ella, y Becky en un momento de osadía introduce su lengua sin pedirme permiso y es cuando suelto un gemido que provoca en mi castaña favorita una sensación de euforia que le grita en su interior que debe intensificar sus movimientos, me toma las manos y me lleva hacia el sofá que está en el living, y es cuando agradezco que por fin estemos solas.

Sin esperar, me acuesta en él mientras que con agilidad empieza a soltar los botones de mi camisa, y para su deleite se encuentra con unos pechos perfectamente redondos y con mis aureolas rosadas ya erectas por la excitación que tengo, "debo reconocer que el mero hecho de pensar en ella me excita". Se arrodilla entre mis piernas y apoyando una mano en el sillón y la otra en unos de mis senos, comienza a succionar, lamer y mordisquear esos deliciosos pechos que tanto la vuelven loca.

Arqueo mi cuerpo brindando mejor posición para que haga perfectamente bien su trabajo, toma mi cuello y acerca más su cara a mis pechos con la intención de que sea succionado por completo, nunca me había sentido tan impaciente y tan caliente como hasta este momento, y me cuestiono si serán las hormonas o simplemente el amor que siente por esa mujer tan adorable y sexy.

"Te necesito Becky, quiero que me poseas como solo tu sabe hacerlo", - sentí como esas palabras pronunciadas de manera sexy y con una voz carrasposas provocaron que el cuerpo de Becky tuviese una reacción de inmediato.

"Oh, Freen estas tan húmeda y necesito sentirte ahora".

Se paró y con cuidado bajo mis pantalones y las pantis en un solo momento y se quedó deleitando mi cuerpo por unos segundos, sentí una punzada en mi propio centro producto de mi propia excitación, se quitó a velocidad máxima su ropa y con cuidado se posó encima de mí.

Besó todo mi cuello, mandíbula, clavícula y siguió bajando hasta mis pechos, los volvió a lamer mientras colocaba uno de sus dedos en mi centro, con movimientos retráctiles y circulares estimulaba el clítoris, mientras que con su nano masajeaba el suyo propio, luego el movimiento de cadera de ambas mientras danzaban para la otra, esa fricción entre nuestros centros nos estaba volviendo locas, nuestros gemidos se hacían más seguidos y los movimientos más frenéticos por lo que estaba a punto de estallar.

"Córrete para mi nena, hagámoslo juntas"- y esas palabras de Rebecca fue el detonante final para un explosivo y húmedo orgasmo, uno que duró más de lo normal y que nos dejó totalmente rendidas de amor. Por lo que no nos percatamos que estábamos siendo observadas.

AMOR ETERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora