La lluvia caía a cátaros, con su implacable intensidad cayendo en torrentes constantes. Era un fin de semana, y a mí se me había ocurrido la grandiosa idea —ahora no tan genial— de salir a buscar algo de comer sin un paraguas. La multitud corría apresuradamente en busca de refugio, desesperada por escapar de la tormenta y mantener su apariencia impecable. Sin embargo, a mí no me importó mojarme; porque estaba determinado a comprar una rica hamburguesa, ya que me moría de hambre.
Mi cabello estaba empapado y en mi piel, escurría las gotitas de agua que me mantenían con frescura. El tacto de la lluvia fría y persistente me envolvió por completo, como si intentara reclamar mi presencia en el mundo exterior. A pesar de que la mayoría de la gente buscaba cobijo, yo simplemente me dejaba llevar por la lluvia, sintiéndola cómo un manto líquido que acariciaba mi cuerpo y me unía con la naturaleza.
Al sonreír y colocar mis manos en los bolsillos, sentí cómo el estrés y las preocupaciones se desvanecían gradualmente. La lluvia parecía limpiar más que simplemente mi piel, también lo hacía con mi mente. El sonido constante de las gotas al caer me transportaban a un estado de paz y relajación.
De repente, noté cómo las gotas de lluvia dejaron de caerme encima, y una sensación de extrañeza se apoderó de mí. Levanté la vista y me di cuenta de que había chocado con alguien que sostenía un paraguas en la mano y que había detenido mis pasos al colocarse frente a mí. El chico levantó su mirada y nuestras miradas se cruzaron. Me sonrió ligeramente, como si encontrara divertida mi falta de paraguas y mi ropa mojada.
—¿Sabes que puedes resfriarte?
Este chico...
—¿En serio? No tenía ni idea. Definitivamente no vine por aquí con el propósito de mojarme a consciencia. —respondí con sarcasmo, mirándolo fijamente.
El pelinegro soltó una leve carcajada y sacudió la cabeza mientras sostenía firmemente el paraguas. Me miró con algo de diversión en su expresión, como si encontrara mi sarcasmo entretenido.
—Bueno, pues en ese caso, es obvio que tuviste suerte de tropezar conmigo —replicó, manteniendo su sonrisa.
Bufé por su típica respuesta y salí debajo de su paraguas, para continuar mojandome. Ya me acordé de este chico, él era el nuevo ingresado de la universidad, el chico extraño con el que me tropecé el otro día.
Parecía sorprendido por mi acto de rebeldía, pero mantuvo su sonrisa ligeramente divertida.
—Al parecer... te gusta desafiar la naturaleza —comentó, aún sosteniendo firmemente el paraguas para protegerse de la lluvia.
—No me gusta desafiarla, simplemente no me molesta mojarme.
El soltó una leve carcajada y dió un paso más cerca de mí, sosteniendo el paraguas de forma que nos cubriera a los dos.
¿Y por qué reía tanto? ¿Acaso en ese momento yo tenía la cara de payaso? Era molesto.
—Entonces a mi tampoco me molesta cubrirte, jungkook.
Me sorprendió un poco, ya que no esperaba que recordara mi nombre, pero mantuve mi pose de indiferencia.
—Gracias, supongo —agradecí, aunque me volví a salir del paraguas—. Pero tengo que dirigirme a otro lugar.
Soltó un suspiro frustrado y sacudió la cabeza, como si hubiera esperado esa reacción de mí. Él se apresuró a seguirme fuera del paraguas para evitar que siguiera mojándome.
—¿Adónde vas a ir así, empapado?
Metí las manos en los bolsillos y me encogí de hombros, caminando.
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𝐅𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬 [ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ]
FanfictionJungkook esta completamente enamorado de su mejor amigo, Park Jimin. Jimin es consciente de sus sentimientos hacia el, por lo que usa eso a su conveniencia para manipularlo y utilizarlo. A medida que la historia avanza, Jungkook se ve atrapado en u...