Cap 11 "Limites"

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Me detuve en la puerta de mi casa
Habían pasado muchas cosas desde que salí de casa, tantas que no terminaba de asimilarlas.
Tenia un sabor agridulce en la boca, no podía terminar de creerme lo que acababa de pasar, vivía en una mentira durante todo este tiempo, no tenia novia y lo que es peor, ahora si que no iba a saber de ella en mucho tiempo.

Abrí la puerta para entrar en mi casa con el cuerpo temblando y miles de pensamientos en mente.

Eran las 15:00 mas o menos y seguramente mi madre estaba preparando ando algo para comer, la verdad no tenia hambre.

Subí a mi cuarto con los pensamientos consumiéndome por dentro, no tenia fuerzas para hacerles frente, así que simplemente deje que me destrozaran.
Dolía mucho, pero a estas alturas ¿Que puedo hacer?

Al llegar a mi cuarto comencé a ordenarlo, estaba todo por en medio y por alguna razón, ordenar mi habitación me entretenía y callaba las voces de mi cabeza.
Ordenando, me tope con el famoso baúl de los recuerdos, el cajón donde guardaba todos los regalos pendientes de Emma.
Comencé a verlos uno por uno.

Agarre un dibujo que hice sobre ella en un papel caro y dibujado a pluma, era muy bonito, me dio lastima no poder dárselo.

Un colgante con su inicial, me lo puse pocos días pero me dio la sensación de haberlo llevado toda una vida.

pulseras, anillos, me pare a verlo todo y una vez lo tuve todo en mis manos...

Noté como un par de  lagrimas acariciaban cada una de mis mejillas. Ese pequeño cosquilleo...
Me sentía como un niño pequeño el cual acababa de perder su juguete favorito.

Lloré desconsoladamente durante eternos minutos, notaba como todo mi cuerpo se agrietaba y bastaba un pequeño soplo de aire para desprenderme por completo.

Justo cuando sentía que ya no podría aguantar mas, una voz dulce sonó detrás de mi.

-Joder, antecedentes penales en el metro, relaciones rotas, salud mental por los suelos... Menuda mierda de día ¿No?-

Conocía esa voz
Me giré lentamente para ver de quien se trataba

-Emily...
-Ni mas ni menos, esto no te lo esperabas ¿eh?

No podía creerlo, la figura de Emily estaba en mi cuarto, justo delante de mi.
Me levante para intentar abrazarla, se me olvido completamente que por alguna razón, no podía tocarla.
No entendía nada ¿que hacia Emily en mi habitación?

-Que...- intentaba decir algo, de forma inútil
-No te acostumbres a esto campeón, no voy a hacerlo a menudo, así que aprovecha ahora que tienes algo de compañía anda.

Por alguna extraña razón seguía llorando desconsoladamente y no podía parar por mas que quisiera, sentía un dolor inmenso dentro de mi.

-Madre mía, estas hecho mierda tio, lo de Emma te ha pegado fuerte eh
-No puedo mas- Dije entre lagrimas con la voz rota en llanto.

Pude ver como la figura de Emily se acercaba a mi y se agachaba para poder mirarme a la cara cabizbaja.

-Ey, mírame- los dedos de Emily chasquearon enfrente de mi, haciendo un sonido notoriamente raro dentro de mi cabeza
-si que puedes, has podido con todo estoy y con muchísimas cosas mas.
-Estoy en mi limite, estoy solo...
-No lo estas, ahora me tienes a mi- dijo mientras me guiñaba el ojo.

Por alguna razón, esa frase logro calmarme un poco

-¿Que eres?...- Pregunté.
-Todavía no estas listo para saber eso David.
-Pero...
-Todo a su tiempo, te lo diré, te lo prometo.
-Odio las promesas, nunca nadie cumple con su palabra, estoy harto.- dije entre gimoteos

-Pero yo no soy como el resto-  Dijo Emily sonriendo

Me seque las pocas lagrimas que me quedaban y me aclare la garganta para aliviar mi voz

-¿Tu que dices?- dijo Emily decidida

Me quede un momento pensando en silencio.

-David y Emily contra el mundo, suena bien- respondí sonriendo.
-¡Esa es la actitud!- gritó ella

Mire a Emily, y me quede admirando por completo su figura, era hermosa, no sabia lo que era pero me pasaría la vida contemplándola, no pude observarla por mucho tiempo cuando su voz llamó mi atención.

-Tienes una vida que reconstruir David y yo voy a ayudarte a que lo consigas, te doy mi palabra.-

No sabia quien era, ni por que estaba aquí, de hecho me resulta incluso raro, de alguna forma, ha conseguido transmitirme esa sensación de seguridad y entendimiento desde el minuto uno, hacía mucho que no la sentía y la verdad es que la echaba de menos.
Fuera como fuera, de una cosa estaba claro, Emily estaba aquí para quedarse y estaba seguro de que mi vida daría un giro de ciento ochenta grados gracias a ella.

Tenia un buen presentimiento después de mucho tiempo.

"Emily"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora