Cap 3 "Lagrimas"

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"Era nuestro amigo David"
Esas fueron las ultimas palabras que escuché antes de cerrar la puerta.
Me quedé estático frente a la puerta de hierro analizando todo lo q acababa de escuchar, ¿de verdad soy tan mala persona?
Empece a sentir un vació en el pecho, un vacío que dolia, sentía como acababan de arrancarme una parte de mi.
¿Por que me esta pasando todo esto?
¿Que he hecho para merecerlo?
Cientos de pensamientos empezaron a torturarme en mi cabeza y sentía como empezaban a fallarme las piernas.

De repente, empece a ver borroso y sentí como algo acariciaba mi mejilla
¿¡Estoy llorando?! No, ahora no puedo, mi madre no puede verme asi. Necesito calmarme.
Trate de respirar con normalidad y a no pensar en los problemas. "Esta todo bien" me dije para mi mismo. Con las manos temblando, me seco las lagrimas de las mejillas y me dirijo a la cocina. Y ahí estaba ella, a sus cosas, mire el café que me había preparado hace unos minutos. Después de todo esto, ya no tenia hambre, me limite a cogerlo y tirarlo a la pila.

Genial, otro día de mierda, supongo que ya es lo normal, pero nunca voy a acostumbrarme a sentir todo esto.
Subí a mi cuarto y simplemente me tumbe en la cama mirando al techo, no quería hacer nada, no pensaba en nada, no quería pensar, no quería sentir, simplemente no quería existir.

Después de un rato, intente descansar cerrando los ojos cuando de repente, note como alguien aporreaba la puerta.

-¿Se puede saber que haces?- Claramente por el tono de voz pude identificar a mi hermano pequeño Jorge. Tiene 13 años, aunque a veces parece que tenga 7, no es que me caiga mal, solo que a veces no le soporto.

-Que quieres Jorge?
-Ayer me dijiste que tirarías tu la basura, y sigue ahí. No se que haces tirado en la cama, ¿Que esperas, que lo haga yo?
-Ahora ire pesado.
-Mama se va a cabrear- Dijo mi hermano con un tono burlón.
Lo peor es que el enano tenia razón, mi madre tiene la mecha muy corta. No quiero tener mas problemas de los que tengo ahora mismo.
Soltando un gruñido, me levanto de la cama y voy a hacer lo que me han pedido, noto la mirada de burla y satisfacción de mi hermano, le metería una colleja, pero voy a ahorrarme las fuerzas.

Bajo a la cocina y para mi sorpresa, no esta mi madre, supongo que estará en el baño o algo así.
No le doy demasiada importancia y simplemente agarro la bolsa y me dispongo a salir.
Antes de abrir la puerta me detengo, hace unos minutos, mi mejor amigo me ha insultado y me ha dicho la mierda de persona que soy; si mi mejor amigo pensaba eso de mi ¿Que pensara el resto del mundo?
"Que les den" Pensé, abrí la puerta decidido y fui a tirar la basura.

Para ser sincero, nunca me ha gustado estar fuera de casa, hay demasiada gente y es donde mis inseguridades salen a la luz. Todo el mundo me mira y piensan cosas de mi, me juzgan a mis espaldas sin siquiera saberlo. Soy como un conejo asustado en medio de un bosque plagado de lobos hambrientos.

Mientras caminaba sumergido en mis pensamientos sin hacerle mucho caso a mi alrededor, escuche mi nombre a pocos metros detrás de mi, volví en mi y gire la cabeza confuso.

Era Eidan, un viejo amigo mio, hacia tiempo que no le veía, pero no había cambiado nada, es muy bajito y tiene la cara redonda, lo q mas resalta de el es q siempre va con una sonrisa en la cara, a veces quisiera ser el.

-¡David!- Gritaba Eidan mientras corría detrás de mi.
-Hey... ¿Que pasa Eidan?- Dije con algo de vergüenza a causa de todo el follón.
-Nada, te vi por aquí y solo quería pasar a saludar, ¡Cuanto tiempo! ¿Como te va, que te cuentas?
-Ah, si, supongo, no mucho la verdad, nada interesante
-Joder, llevamos meses sin vernos, es imposible que no te cuentes nada, algo te habrá pasado.
-Nop, nada de nada
-Bueno, si tu lo dices ¿Como te va la vida a todo esto?
-Bien, no me puedo quejar- Digo mientras muestro una falsa sonrisa, no me apetece contarle mis problemas a nadie en plena calle.
-¡Así me gusta! Me alegro mucho, bueno tio, te dejo que tengo que irme, mi padre me esta esperando para comer, ¡Nos vemos!
-¡Espera!- Grité mientras le agarraba del brazo.
Eidan pareció sorprendido por mi reacción.
-D-dime, que pasa?-
Antes de decir nada, hubo un silencio un tanto incomodo entre los dos.
Con la voz quebrada y unos ojos llorosos al fin dije:

-¿Crees que los sueños tienen significado?-

"Emily"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora