Capitulo 3

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Lugar desconocido

Yaito se encontraba flotando en una oscuridad interminable. No había suelo bajo sus pies ni cielo sobre su cabeza, solo un vacío absoluto que parecía extenderse más allá de su entendimiento. Intentó moverse, pero su cuerpo no respondía, como si estuviera atrapado en un estado entre el sueño y la realidad. Todo lo que lo rodeaba era silencio, el tipo de silencio que retumba en los oídos y oprime el pecho.

De repente, en medio de aquella nada infinita, una pequeña esfera de luz apareció frente a él. Era diminuta al principio, pero creció rápidamente, bañando todo el espacio en una cálida y cegadora luz dorada. Yaito sintió como si el vacío mismo hubiera sido consumido por aquella luz, dándole una extraña sensación de paz.

Frente a él, emergió un objeto, un báculo extraño, suspendido en el aire. El báculo irradiaba una energía antigua, con intrincados grabados que parecían narrar historias de tiempos olvidados. A su alrededor, el vacío se había transformado en una vastedad dorada, como si todo el universo hubiera despertado de un largo letargo.

Yaito no entendía lo que estaba viendo, pero una fuerza lo empujaba a acercarse al báculo. Justo cuando extendió su mano hacia él, una voz profunda y resonante llenó el espacio, como si viniera desde el mismísimo centro de la luz.

"El rey debe despertar..."

Las palabras reverberaron en su mente y su corazón, como si fueran más que un simple mensaje. Era un llamado, una orden. Yaito sintió una energía abrumadora recorriendo su cuerpo, una sensación de que algo más grande que él mismo estaba por despertar.

De repente, todo volvió a ser oscuridad, y Yaito se encontraba de nuevo flotando en el vacío. Pero esta vez, las palabras seguían resonando en su mente.

Volviendo a la realidad.

Yaito abrió lentamente los ojos, entrecerrándolos mientras se adaptaba al repentino brillo que inundaba su visión. Por un momento, la luz dorada de su sueño aún persistía en su mente, pero pronto se dio cuenta de que era solo el sol, filtrándose por las ventanas a su alrededor. A medida que su vista se aclaraba, observó que los árboles pasaban rápidamente, sus ramas balanceándose como si los estuviera viendo desde una película en movimiento.

Parpadeó un par de veces más, y comprendió dónde estaba. Estaba sentado en el asiento trasero de un auto en marcha. El suave rugido del motor y el leve balanceo del vehículo mientras avanzaba por la carretera confirmaban que estaban en un viaje. Yaito frunció el ceño, intentando recordar cómo había llegado allí, pero el sueño que acababa de tener seguía impregnando sus pensamientos, como una niebla que no terminaba de disiparse.

Frente a él, en los asientos delanteros, podía distinguir claramente las figuras de su madre y su hermana mayor. Su madre, Katsumi, conducía con tranquilidad, sus manos firmes sobre el volante. Su mirada estaba fija en la carretera, pero su expresión irradiaba la misma seguridad y calidez de siempre, como si nada pudiera desviarla de su propósito. A su lado, su hermana mayor, siempre vigilante, sostenía un libro en sus manos, aunque parecía más enfocada en el paisaje que desfilaba por la ventanilla.

Yaito tardó un momento en procesar lo que veía, aún desorientado por el extraño sueño. El contraste entre la paz del interior del auto y la intensidad de la visión que acababa de experimentar lo dejó inquieto. Las palabras de aquella voz profunda todavía resonaban en su mente: "El rey debe despertar".

Miró a su alrededor, intentando enfocarse en la realidad. La luz del sol que atravesaba las copas de los árboles proyectaba sombras danzantes en el interior del auto, y el sonido suave del motor le daba cierta sensación de calma. Pero aquella frase seguía incrustada en su mente, como si formara parte de algo importante, algo que no podía ignorar.

BNHA: El despertar del rey mono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora